Gabinetes psicólogicos y colegios profesionales redoblan estos días esfuerzos ante la gran incertidumbre de los padres

Siete Días Jumilla

La pandemia de coronavirus lo ha puesto todo ‘patas arriba’. Y ahora, en plena situación de repunte de contagios en España, toca afrontar la vuelta al cole que será la próxima semana. Por eso, existe un amplio debate en torno a la forma de volver a los colegios, que sin duda viene marcada por la excepcionalidad de la situación.
Septiembre tiene que ser un mes de nervios, y también de emoción y alegría para los niños y niñas que volvían al colegio después de los meses de vacaciones. Pero este año, tras un periodo de confinamiento y el verano más atípico, los más pequeños deben gestionar un torrente de emociones complicadas y desconocidas que indudablemente tendrán un fuerte impacto psicológico en ellos.


Hay algunos que no quieren ni oír nada sobre volver al colegio. Otros en cambio están deseando retomar su normalidad y reencontrarse con sus compañeros. Todo esto va a depender lógicamente de cómo lo enfoquen en casa sus padres.
En este sentido, los psicólogos infantiles insisten en la necesidad de transmitirles tranquilidad en todo momento, pero siempre informándoles de lo que ocurre «adaptándolo a su edad, y no ocultándoselo. Porque tienen que ser conscientes de la situación y así les será mucho más fácil afrontarla”, reconocen la mayoría de los manuales editados por los colegios profesionales de psicólogos de España.
Los niños van a volver al cole, pero no es el mismo colegio que dejaron precipitadamente en el mes de marzo, ya que ahora, a todo lo que hacían, hay que sumar nuevas normas, como lavarse las manos con frecuencia, llevar mascarilla o no abrazar a sus compañeros, algo que resultará complicado.
Lo peor para los niños, sobre todo para los más pequeños, va a ser la notable merma de las relaciones sociales, algo que habrá que suplir con la palabra. Ahora hay que trabajar el lenguaje, para que se puedan expresar. Incluso se puede impulsar el trabajo con las manos a nivel individual, como podría ser manipular plastilina, hacer un dibujo o, para los más mayores, trabajar en la elaboración de un cuento conjunto desde mesas distintas.
Será a partir de ahora más importante que nunca hacer un seguimiento de los estados de ánimo del niño y la tecnología se convierte en una herramienta clave para que muchos menores se sientan menos aislados de sus compañeros, amigos y familiares.
El cambio en sus vidas ha sido drástico, y lo notarán a la hora de volver a una normalidad que nada tiene que ver con la que estaban acostumbrados. Van a volver con alguna dificultad en el contacto social y en la resolución de conflictos, porque muchos han estado durante todos estos meses con adultos y con pocos iguales.
No obstante y a pesar de la incertidumbre, los miedos y el giro que han dado sus rutinas en los últimos meses, los niños están deseando volver a ver a sus compañeros y profesores, y van a adaptarse bien a las normas e instrucciones que se les imponga.