La pandemia ha afectado a estas ventas, aunque nadie se aventura a hablar de porcentajes

Mari Carmen Cañete

Por supuesto guardando todas las medidas de seguridad y sanitarias, con tan solo la entrada de uno o dos clientes por establecimiento, uso de gel hidroalcohólico y mascarillas, Siete Días Jumilla ha visitado las tres administraciones de lotería de la localidad para conocer cómo ha ido la venta de cara al Gordo de Navidad.
Y es que, obviamente, la pandemia también ha afectado a estos negocios y por tanto a la venta para el día 22 de diciembre. Así, los tres loteros de Jumilla han coincidido en que la venta ha disminuido considerablemente con respecto al año pasado, aunque ninguno se ha aventurado a dar un porcentaje de descenso.

Varios factores

Los factores que han influido han sido varios. Por un lado, el confinamiento ha supuesto que la gente no saliera a la calle. Asimismo, el cierre de los bares y restaurantes, que son establecimientos donde se vende mucho, ha ocasionado una importante bajada en los datos finales.
La falta de actividad de colectivos también ha provocado que estos no hayan tenido la venta habitual de otros años (suponen entre el 70 y 80% de las ventas en la localidad), así como la no celebración de eventos importantes de Jumilla como las Fiestas de Agosto y la Semana Santa ha supuesto que peñas y cofradías hayan vendido mucho menos, y que esos días no haya habido visitantes que también tradicionalmente compran lotería de Navidad en la ciudad.

Sin turistas

Precisamente el parón en toda la actividad, económica, cultura, incluso la turística y la ausencia de turistas y de visitas concertadas ha sido otro de los factores que han influido mucho en el descenso.
El gerente de la administración Nº1 Antonio Tomás Lizán asegura que “el movimiento en ventanilla ahora va bien, similar a antes de la pandemia, pero en la venta de Lotería de Navidad sí se va a notar mucho por todos los factores citados”. Asegura que ni él, ni su padre recuerdan haber vivido un paréntesis en los sorteos, como el que se produjo con el Estado de Alarma y lo califica de “algo insólito”.


En la misma línea se ha pronunciado María Victoria Tomás Navarro, responsable de la oficina Nº 2, aunque reconoce que “en las últimas semanas se ha animado algo la venta, pero en ningún caso se compensará con el descenso que se va a vivir este año”. Afirma: “Hay gente que no se ha llevado nada, por ejemplo en salones Pío XII que venden mucho gracias a las visitas de turistas”.


Por último, Ana Jose González Navarro, de la administración Nº3 comparte con sus compañeros que “las medidas sanitarias, los cierres perimetrales, que no ha venido gente de fuera, la falta de eventos destacados y la incertidumbre general son parte de los motivos de esta bajada en la venta de lotería para el Gordo de Navidad”.

Venta online

Sin embargo, en las tres oficinas de lotería sí han confirmado que el ritmo de la venta online va similar a la de años anteriores, pero “esto no equilibrará la bajada de venta física”.
En cuanto a la venta de cara al Sorteo del Niño, también los responsables de las administraciones han asegurado que “ésta depende mucho de cómo resulte el Gordo de Navidad, sí se da algún premio, la gente se anima más, aunque prevemos también un descenso”.
Por último, sobre el ánimo de los clientes que se acercan a comprar, hay un poco de todo. En algunos casos, acuden esperanzados, con ganas de recuperar la normalidad y con ilusión, pero también los hay que van con poca alegría y apáticos, al no ver solución a corto plazo a esta grave crisis sanitaria, económica y social.

En 2019, 900.000 euros en Jumilla y en 2018, más de 6 millones

Aunque el año ha sido muy duro a todos los niveles, mucha gente deposita su esperanza en el sorteo de Navidad, para al menos, si la fortuna les cae, respirar un poco económicamente.
El pasado 2019 la suerte pasó de ‘puntillas’ por la localidad y fueron cerca de 900.000 euros los que se quedaron en Jumilla, gracias a distintas pedreas y terminaciones que vendieron diferentes colectivos.
Sin embargo nada que ver con el año anterior, en 2018 en el que un quinto premio dejó más de 6 millones de euros en la ciudad. Unos décimos fueron vendidos en la propia administración y otros que repartió la Iglesia de El Salvador.