En los supermercados hay turrón, polvorones y peladillas desde hace más de un mes. Las calles de muchas ciudades llevan ya un par de semanas engalanadas con todo tipo de luces. En nuestro caso, unos pocos días, pero también. El frío ha llegado de repente y nos obliga a sacar gorros y bufandas. El puente de la Constitución, aunque parezca cercano, lo cierto es que ya es un mero recuerdo para nosotros. Sí, queridos lectores, ha llegado la Navidad.

Ahora comienzan los días locos de compras, todos los años el mismo agobio para encontrar el regalo perfecto para la familia y amigos. Si con esto no tuviéramos poco, hay que montar el árbol de Navidad, con todas sus guirnaldas, bolas de colores y la estrella. Y que no falte el Belén, que si no el ambiente festivo se queda cojo. Y por supuesto, las mil cenas y comidas de estos días. ¡Pobre de aquel que tenga que hacer el menú y cocinarlo! Y con semejante ajetreo ¿quién es el que saca un poco de tiempo y tranquilidad para escribir la tradicional felicitación de Navidad o mandar algunas tarjetas navideñas, que aunque con las redes, internet, correo electrónico y whasapp parece que han desaparecido, todavía resisten, aunque lógicamente, ya no son lo que eran.

Pues bien, en este número de hoy, previo a las celebraciones de Navidad, desde el Grupo de Comunicación Siete Días Jumilla, queremos, de forma tranquila y sosegada, tener nuestro momento para felicitar a todos los jumillanos, lectores o no, fieles a Siete Días o detractores asegurados, amigos o menos amigos, a todos sin distinción, porque estas fechas son entrañables por este tipo de cosas, por los buenos deseos.

Por ello, queremos felicitar las fiestas, mostrar nuestra parte más noble, porque no se trata de algo propiciado por esas luces o ambiente de Navidad, sino que mostramos con seguridad y contundencia, nuestro compromiso férreo de intentar que cada día sea Navidad, o al menos, que lo que no queramos que nos hagan, no lo hagamos nunca. Con eso, será más que suficiente.