Histórico concierto de las dos bandas de música

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Bodegas Familiares celebró en su tierra y con su gente su aniversario centenario

La celebración del centenario de Bodegas Juan Gil, era uno de los actos sociales más esperados en Jumilla, y tanto la organización del evento como la respuesta de los jumillanos fue impecable y espectacular.

La noche del lunes ocho de agosto, algo más de mil personas se reunieron en el Paraje de la Aragona, donde están ubicadas las Bodegas Familiares Juan Gil, para celebrar con la familia Gil Vera, lo que se ha denominado “100 vendimias en Jumilla”, y que no perseguía otro objetivo, según las palabras del gerente Diego Lozano y del dueño, Miguel Gil, que devolverle a Jumilla, todo lo que la ciudad y los jumillanos han dado y aportado a la bodega, en cien vendimias.

De esta manera, tras las palabras de bienvenida por parte del gerente Diego Lozano, intervinieron los dueños Miguel y Ángel Gil, que pusieron en antecedentes a los asistentes, la historia familiar que ha marcado la trayectoria de las bodegas y el futuro tan apasionante, alentador e ilusionador de las grandes y nuevas metas que les quedan por alcanzar.

CONCIERTO HISTÓRICO

Tras las palabras de bienvenida y agradecimiento, Diego Lozano fue el encargado de dar paso a un concierto histórico, en el que se consiguió unir a las dos bandas de la localidad, la Asociación Musical Julián Santos y la Asociación Jumillana de Amigos de la Música, dirigidas por Salvador Pérez Sánchez y Ángel Hernández Azorín, que ofrecieron un repertorio, cuyo trasfondo, según palabras de ambos directores, era unir a la celebración del centenario de Bodegas Juan Gil, otros centenarios coincidentes en el tiempo, como el de Shakespeare o Cervantes, por lo que se dieron la mano, el vino, la música y la literatura.

La sorpresa final fue la interpretación del pasodoble de Roque Baños “A mi madre”, que fue dirigido por el mismísimo compositor, presente en el evento, y que está al frente del jurado que decidirá el premio internacional de bandas sonoras convocado por la bodega, cuyo premio asciende a 50.000 euros.

Finalizado el concierto, la familia Gil Vera entregó unas botellas de vino, doble magnum, conmemorativas del evento a los presidentes de las asociaciones musicales, al compositor Roque Baños e impusieron sendas corbatas de recuerdo del evento a las banderas de los colectivos.

Una noche mágica y fantástica en un entorno espectacular donde se disfrutó de los vinos de ocho denominaciones de origen, en las que Gil Family Estates tiene bodegas, acompañados de un cátering ofrecido por Salones Media Luna y servido por más de cien camareros, donde finalmente no faltó la tradicional tarta de cumpleaños, que soplaron los nueve hermanos Gil Vera y como colofón un castillo de fuegos artificiales, que puso el broche de oro a una emotiva y sentida noche. Jumilla, fue testigo de excepción de una celebración histórica e inolvidable. Hasta otras cien vendimias en familia más.