El principio de lealtad institucional es cierto que no se menciona de forma expresa en la Constitución Española, pero sí se recoge en artículos puntuales de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (art. 2.1) y en la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común ( art. 4). En cualquier caso la lealtad institucional se presupone, por parte de la mayoría de los ciudadanos, en todos los estamentos de las distintas administraciones públicas y se da por supuesto en la clase política que se dedica a la ‘cosa pública’, y que en definitiva trabajan por y para los ciudadanos, y en aras de los intereses generales de todos ellos.

Pues bien, la ‘lealtad institucional’, es un término que nos gusta utilizar mucho cuando se está en la oposición y reclamamos que el gobierno tiene que contar con todos los partidos políticos para determinadas decisiones o incluso simples encuentros, porque también representan a parte de la ciudadanía que los ha votado.

Esto es extrapolable a todas las administraciones públicas, la administración general de papá Estado, la administración regional, pero es que incluso hay que tener lealtad institucional, en las relaciones con la administración local, gobierne quien gobierne, del mismo partido político o de distinta ideología.

Lo que no puede ser es que cuando gobierne yo, haga de mi capa un sayo, llamo si me apetece a la oposición (que forma parte de la corporación municipal), o no la llamo. Pero lo que es mejor, es que estando en la oposición local, venga un alto cargo de la Comunidad Autónoma, y ni siquiera el gobierno regional, (que no digo la oposición), se digne en avisar al gobierno local, de que tal persona gira visita a la localidad, más que nada, por tratar de propiciar un encuentro, conversar acerca de necesidades o reivindicaciones, o aunque sea por “lealtad institucional”, hablar del tiempo, si me aprietas.

“El actuar con la debida lealtad institucional es la ineludible guía de toda gestión de la cosa pública”, eso lo dijo Giménez-Reyna Rodríguez, pero es más, la lealtad institucional, se sustenta en principios de colaboración y en una buena organización, para conseguir los intereses comunes para los que se suponen, trabajan.  .