El padre guardián del convento de Santa Ana falleció el día de Nochebuena en Orihuela

Lola Tomás

A primera hora de la mañana del pasado 24 de diciembre, día de Nochebuena, los jumillanos recibían una muy triste noticia: el padre José María Roncero comunicaba el fallecimiento del padre guardián del convento de Santa Ana, Francisco Oliver.


“Lamentamos comunicaros que Oliver ha muerto esta madrugada. Que Dios lo acoja en su seno y le dé la recompensa merecida por todo el bien que ha derramado por su medio en nuestras vidas”, señalaba en un comunicado.
El velatorio de su cuerpo se llevó a cabo en el convento de Orihuela, la tarde del domingo 26 de diciembre. El entierro se celebró, al día siguiente, en la iglesia del convento de Orihuela. La sepultura fue en el panteón franciscano del cementerio de esa ciudad.

De la misma forma, en Jumilla se va a oficiar una misa funeral en memoria del padre Francisco Oliver. Será el próximo sábado 22 de enero en la iglesia de San Juan Bautista.
Desde Siete Días Jumilla y Siete Días Radio, trasladamos nuestro más sentido pésame a toda la comunidad franciscana del Convento de Santa, Orden Seglar y la Orden Provincial.

«El señor nos lo dio, el Señor nos lo quitó»

El padre guardián del monasterio de Santa Ana sufrió un grave derrame cerebral a principios del mes de julio, del que se recuperó satisfactoriamente, y fue trasladado desde la Arrixaca al convento de Orihuela donde continuaba con las sesiones de rehabilitación en el propio convento de la ciudad alicantina.
“El Señor nos lo dio, el Señor nos lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre”, eran las palabras del padre José María Roncero, en un mensaje enviado a todos los medios, amigos y familiares de una larga lista de difusión.