Cristóbal Cutillas fue de nuevo el encargado de representar a Jesús a lomos de la burrica
Lamentaciones y Armaos marcaron el paso
El Domingo de Ramos volvió a ser una fiesta de religiosidad, luz, color, palmas, familias y música de tambor y corneta. Todo gracias a que el mal tiempo, dio una tregua durante esa mañana y los asistentes y participantes en la procesión apenas tuvieron que sufrir algunas rachas de viento que no trastocaron la marcha.
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