Editorial
El apagón peninsular sufrido el pasado lunes fue un nuevo hecho insólito que, una vez, más puso de manifiesto lo fácil que es perderlo todo en tan solo un segundo. Vivimos en un mundo donde somos capaces de organizar viajes al espacio a la carta, de comunicarnos por teléfono mientras andamos por la calle, de cruzar en coche el país sin una sola gota de combustible en el tanque del vehículo o de preguntarle a la inteligencia artificial cualquier cosa, con la seguridad de que siempre nos va a complacer. Sin embargo, a pesar de los avances, sin esperarlo, y en tan solo un instante, se apaga todo, y se paraliza un país que tarda doce horas en reponerse, retrocediendo nuestras vidas casi 100 años atrás, cenando a la luz de las velas y escuchando atentamente un transistor.

En este sentido, hay que reseñar el trabajo que todos los medios de comunicación realizaron, donde una vez más tuvieron con combatir con las temidas noticias falsas. A nivel nacional y regional, no se descansó ni un minuto, y por nuestra parte, todo el equipo que forma el Consejo de Redacción de Siete Días Jumilla, hemos tenido que redoblar esfuerzos para poder contrarrestar el parón obligado del lunes, para poder cumplir con nuestra cita de los jueves, como venimos haciendo desde hace 25 años.
Por último, queremos mostrar nuestra solidaridad con todos los comerciantes y empresarios que se han visto perjudicados económicamente y que casi con total seguridad, no recibirán ninguna ayuda y tendrán que hacer frente con más trabajo y más esfuerzo.
¡Vamos, como siempre!