Editorial
Hace ya algunos años que el 15 de septiembre marcaba el inicio del curso escolar y el mes de octubre, hacía lo propio con los institutos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, las fechas se han ido adelantando hasta practicamente inutilizar septiembre al completo como mes de vacaciones. De hecho este año, el martes día 7 abrieron las puertas de los colegios de la localidad a los algo más de 2.000 alumnos que inician o retoman su actividad escolar en Infantil y Primaria.
Si el pasado año la incertidumbre fue el denominador común, este curso está todo un poco más claro, ya que el año de experiencia se tiene que notar, y además, la nueva consejera de Educación de la Región de Murcia ya despejó hace meses muchas dudas y confirmó que quería que la normalidad volviera a las aulas. Para ello, relajó las normas, devolvió la presencialidad total y se cargó de un plumazo a los 1.500 profesores de apoyo Covid que este año ni están ni se les espera.
Por lo tanto, la seguridad, el control y la coordinación en los colegios, corresponde al cien por cien a los equipos directivos y a los profesores, a los que les han dicho que “allá te entiendas”. Por romper una lanza, ya el año pasado los dejaron más tirados que a una colilla y demostraron estar a la altura de las circunstancias que marcaba el momento.
Aunque está claro que, como en todos sitios, en los colegios se pueden dar contagios, lo cierto es que son espacios seguros, donde sobre todo, se controla y en el caso de darse algún positivo, la reacción está asegurada de forma rápida, coordinada y responsable, porque hay que aprender a convivir con la Covid, y que mejor lugar que un centro educativo.