Árbitra de fútbol sala

• ¿Cómo se lleva eso de ser árbitro y mujer?

• Llevo ya 17 años, y sigo aprendiendo. Aprendo de los jugadores, lo mismo que ellos  de mí. Eso sí, se aguantan muchas críticas. Al ser mujer tienes que aguantar mucho más porque te tienes que poner en tu sitio más que un hombre para que te respeten. Porque te dicen barbaridades. Es duro, pero a la vez si te gusta… pues aquí estamos. 

• ¿Qué significa para ti el arbitraje?

• Me gusta muchísimo. No lo dejaría por nada del mundo. Todos los fines de semana al pie del cañón. Tengo hijos, tengo casa, y me dejo ese tiempo para poder venir. Porque me gusta, me apasiona, estoy deseando que se me haga la hora para venir a arbitrar. No tengo ningún problema, viernes sábado domingo… ojalá estuviera toda la semana.

• Si no me equivoco, eres la única mujer árbitra dentro del fútbol sala local. ¿Te respetan?

• Sí, somos doce compañeros y yo. Tenemos un comité arbitral en el que soy la única compañera. Hay de todo, siempre te apoyas más en unos compañeros que en otros. Con los que tienes más confianza.

• ¿Y los jugadores?

• Los jugadores, después de tantísimos años, los conoces y verdaderamente ya te respetan. Hay otros, por circunstancias, que no. Que te vayas a jugar con muñecas, que te vayas a fregar… Son cosas que se siguen diciendo.

• ¿Has temido alguna vez por tu integridad?

• En todos estos años solamente dos jugadores han intentado agredirme. Y la verdad es que me han defendido, tanto compañeros como jugadores, que lo han evitado. El resto han sido palabras, fruto de los calentamientos de los partidos. Hay jugadores que les molesta que les arbitre una chica.

• ¿Cómo comienza tu andadura en el arbitraje?

• Pues de joven me gustaba el fútbol sala y cada fin de semana venía a ver los partidos. Y desde la grada discutía sobre los arbitrajes…. Lo cierto es que los toros desde la barrera se ven mejor. Y ahí fue cuando me retaron a probar. Que empezara con los juegos escolares, y a ver si desde dentro también me gustaba.

• ¿Cómo te formas?

• Gracias a un compañero, Toni, y al presidente de entonces del comité, Joaquín ‘Madriles’. Me dio la oportunidad y probé. Entonces Toni, que viajaba a la Federación para sacarse el curso de árbitro federado, me ofreció ir con él. Me llevaba y me traía cada día con su coche para que pudiera hacer el curso.

• ¿Animarías a más mujeres a probar suerte?

• Es duro, pero por supuesto que sí. Hubo una muchacha que lo intentó el año pasado, pero no cuajó. Es que a veces es duro, pero por supuesto que animo a las chicas a intentarlo. Eso sí, para poder aguantar tanta presión te tiene que gustar mucho.