Lo hemos defendido siempre, además de fomentarlo cada vez que se ha tenido ocasión. Pero ahora, más que nunca, estamos ante una cuestión que se debe de convertir en primordial para todos los jumillanos, con total convencimiento. Y es que en la situación actual y sobre todo, en la que está por venir, se hace indispensable apostar por lo nuestro. Ahora, por puro egoísmo, necesitamos que al que tenemos enfrente le vaya bien si queremos que nos vaya bien a nosotros mismos. Y es ahí donde reside este egoísmo.
Si hablamos de turismo, tenemos que pensar en primer lugar en nuestras playas, en hoteles españoles, en las agencias de viajes del pueblo, en hacer esa visita de interior de la que muchas veces hemos hablado y de gastar lo mucho o poco que destinemos a nuestras vacaciones, en nuestro país, ya que de esa forma, no será gastar, sino invertir.
En cuanto al comercio, tres cuartos de lo mismo pero elevado a la máxima potencia. En Jumilla tenemos alrededor de 400 establecimientos, es decir, el mismo número de familias y varios millares de empleos entre autónomos y puestos de trabajo vinculados. Por ello, sobra decir que de nuevo tenemos que apelar al egoísmo y si nuestro vecino comerciante sale pronto de este hoyo, pues será más rápido el poder retomar la buena marcha de la economía local.
Ahora hay que olvidarse por un tiempo de las compras masivas y compulsivas por internet de productos que tenemos en nuestros comercios, al volver de la esquina, en la mayoría de los casos a los mismos precios, a veces más baratos, y cuando son más caros, hablamos solo de unos pocos euros.
Decía la alcaldesa hace unos días que se está trabajando para poner en marcha una campaña de publicidad, apoyo y fomento al comercio local. Sin duda, se trata de algo bueno y necesario, pero donde habrá que tratar de lanzar un mensaje directo y hasta alarmista y catastrofista, que sea capaz de concienciar a todos los jumillanos de lo que nos jugamos, que no es otra cosa que mantener los puestos de trabajo de nuestros familiares y amigos, las pequeñas empresas de nuestros vecinos, y en definitiva, el futuro nuestro y el de nuestra gente, incluidos muchos que están por llegar.