Antonio Navarro. Especialista en audífonos.

Centro Auditivo Audiovox

El conducto auditivo externo, contiene pelos, y glándulas que producen un aceite ceroso llamado cerumen, que tienen la función de proteger al oído del polvo, insectos y partículas extrañas, evitando que penetren en él y le produzcan algún tipo de lesión.

Normalmente, el cerumen va siendo arrastrada hacia el exterior del oído y se retira al lavarse.

Hay personas en las que las glándulas producen más cera de la que se puede eliminar normalmente y que puede endurecerse dentro del conducto auditivo llegando  a obstruirlo completamente.

La obstrucción del canal auditivo por cerumen, es muy frecuente que sea debido al intentar limpiarlo de forma inadecuada, pues hay la mala costumbre de introducirnos elementos extraños como bastoncillos, imperdibles, con lo que solo se consigue introducir la cera más profundamente dentro del conducto, alterando la salida natural del cerumen y de la descamación de la piel hacia el exterior ocasionando así su bloqueo.

Los más habitual que notemos es:

-Una pérdida auditiva progresiva, que desaparece cuando nos quitan el tapón de cera.

-Acufenos (ruido en el interior del oído)

-Dolor de oído

-Sensación de que el oído está lleno o taponado.

Cuando notemos algunos de los síntomas que hemos dicho, debemos ver al médico o al audiólogo, que mediante una exploración física del conducto auditivo con un otoscopio verá si está obstruido. El cerumen aparece como una masa color anaranjado, si el tapón es reciente,  o bien  color café si el tapón es más antiguo.

El tapón de cera se debe quitar:

-Mediante el lavado del oído con agua tibia (37ºC ) con una jeringa. Consiste en colocar la cabeza inclinada, haciendo un estiramiento de la oreja para enderezar el conducto auditivo. Llenamos la jeringa y dirigimos el chorro (de forma suave) contra la pared del conducto (nunca recto al tímpano) donde se apoya el tapón de cera en la pared.

Es posible que haya que repetir varias veces la operación.

Nunca se debe realizar el lavado si no estamos seguros de que el tímpano está intacto, porque si hay perforación del tímpano se puede producir una infección o trauma acústico (otitis)

-El otro método, que solamente debe realizarlo el especialista (otorrinolaringólogo), es por aspiración viéndolo con microscopio. Este método es aconsejable cuando hay perforación del tímpano, pues evita su daño.