Jumilla ocupa un lugar destacado en este ámbito, a nivel nacional y también internacional

Se trata de una declaración a nivel nacional, pero se continúa trabajando para lograr el reconocimiento de la UNESCO

El Consejo de Ministros ha declarado la cultura del esparto como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta resolución ya ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado. Jumilla ha contribuido en la elaboración de este expediente y el municipio tiene un lugar destacado a nivel nacional e internacional.

Históricamente, a través de la Carta Puebla el Rey don Pedro I cedió los montes al Ayuntamiento de Jumilla, algo que supuso una fuente de riqueza económica de primer orden en la primera mitad del siglo XX, en los años 40 y 50. Con esos ingresos, según ha informado el director de la sección de Etnografía del Museo Municipal Jerónimo Molina, Cayetano Herrero, se realizaron obras que siguen siendo iconos hoy en día en la ciudad, como la plaza del Mercado, el instituto laboral, el grupo escolar o tres kilómetros de empedrado de calles, entre otros.

La importancia del esparto en Jumilla se demuestra también con la colección de utensilios existente el Museo de Etnografía que técnicos y miembros del Ministerio visitaron y la consideran como una de las mejores a nivel nacional. Además, hace unos meses se publicó un libro sobre los aljibes de la tendida del esparto, algo único a nivel internacional, según apunta Herrero, “porque tendidas sí hay, pero en ningún sitio fuera de Jumilla existen aljibes dentro de las tendidas”.

ACTIVIDADES Y TALLERES

A todo esto se añaden, las acciones emprendidas por la Concejalía de Cultura y la Asociación de Artesanos de Jumilla, que en los últimos años  vienen organizando talleres y actividades con el objetivo de que su cultura no se pierda. En este sentido, la concejal de Cultura, Pilar Martínez indica que “esta declaración anima a seguir trabajado para la conservación y puesta en valor de esta cultura y para intentar conseguir la declaración, por parte de la UNESCO, de Patrimonio de la Humanidad”.

Una forma de vida

La manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la cultura del esparto se fundamenta sobre el aprovechamiento de la fibra de esparto que se extrae de dos plantas: la atocha (esparto fino) y el albardín (esparto basto). Esa fibra se ha instalado en la memoria colectiva como un elemento que ha tejido durante siglos toda una forma de vida en los países del Mediterráneo Occidental, especialmente en España. La cultura del esparto es un elemento milenario esencial de la identidad cultural española, que ha estado vinculado con los sistemas productivos y del trabajo.

La declaración de la cultura del esparto se justifica en cuatro razones: Cultural e identitario: porque va a significar un incremento indiscutible del grado de identificación colectiva que profesan los distintos sectores de las comunidades esparteras hacía el desarrollo de unas actividades que reclaman dignificar, resaltando sus valores culturales por medio de su reconocimiento público.

También se justifica en el aspecto económico, porque va a representar un revulsivo capaz de estimular y regenerar las actividades artesanales y empresariales relacionadas con el aprovechamiento de esta fibra. En el ámbito social animará a los defensores de esta cultura, incidiendo de manera muy positiva en la cohesión del conjunto de sus comunidades. Además permitiría trabajar en zonas rurales castigadas por el paro, frenando la emigración y contribuyendo al desarrollo sostenible. Por último, en el sentido ambiental, impediría la fosilización de sus paisajes ante el abandono de su uso y va a sensibilizar a la población en general sobre los valiosos servicios que los espartizales rinden a la sociedad, en especial contra los efectos de la desertización y el calentamiento global.

Este reconocimiento es a nivel nacional, pero también se trabaja en la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. De hecho, en varias ocasiones ha visitado Jumilla para interesarse por este sector, Pascal Janin, coordinador del Ministerio de Cultura para esta declaración.

Una de ellas fue en noviembre de 2017, con la intención de visitar el mayor espartizal que queda en toda la península ibérica, y que se encuentra en una zona comprendida entre los términos municipales de Jumilla, Cieza, Calasparra y Hellín. Esta zona ‘no es un campus spartarius más de los que hablaban los romanos, sino el Campus Spartarius por excelencia’, señaló.

Su visita estuvo motivada por su trabajo de investigador sobre los elementos paisajísticos que configuran el paisaje cultural del esparto y señaló que la petición para que sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad va a ser compartida por los países del Magreb, donde esta cultura tiene tanta importancia como en España. Junto al director del Museo de Ciencias Naturales, Cayetano Herrero, visitaron distintas naves donde se trabajaba el esparto, una tendida y algunas de las balsas que quedan, señalando que sería importante preservar este legado, máxime teniendo en cuenta que esta fue una industria muy importante para Jumilla.

Difundir esta cultura

Pascal Janin es el autor de un Plan de Salvaguarda de la Cultura del Esparto, cuyo principal objetivo es difundir esta cultura a través de respaldar el ámbito artesanal, respaldar el ámbito manufacturero, coordinar acciones de reconocimiento institucional, documentar técnicas y elaborar materiales didácticos y formar especialistas para trabajos de investigación.

Igualmente en febrero de 2018 ofreció una conferencia en la localidad.