jose_ramonJosé Ramón Sánchez. Odontólogo

Colegiado nº 797

Durante la infancia, y más aún en los menores de un año y medio, es muy común que haya golpes en la boca, estos últimos, debido a que todavía no son lo suficientemente seguros en su andar.

Cuando el niño se golpea en la boca, puede que se produzca una situación un tanto impactante por la cantidad de sangre que puede producir este tipo de heridas. Es común que se les pueda aflojar, quebrar e incluso arrancar algún diente. Por esta razón, es muy importante tratar de prevenirlos, ya que también pueden dejar secuelas en la cara.

Es recomendable revisar el lugar en donde va a jugar el niño, y a su vez, habrá que tratar de cubrir las puntas de las mesas. Otro factor a tener en cuenta son los cordones de sus zapatos; deben estar siempre bien atados. A medida que van creciendo, hay que tomar otras medidas; evitar que salten en la cama, que corran con lápices o chupetines en la boca, y que cuando jueguen al fútbol o cualquier tipo de deporte de contacto físico, usen protectores bucales.

Si tomando todas estas precauciones el golpe ocurre, recomendamos no perder la calma y tener en cuenta los siguientes consejos o pasos a seguir. Lo primero que no hay que olvidar, es que estos golpes se caracterizan por una gran pérdida de sangre. Por esta causa, se suele dificultar identificar la zona afectada, complicado por el hecho de que el niño llora por el susto y el dolor, y no quiere que lo toquen.

Para parar la sangre, hay dos opciones: podemos presionar suavemente con una gasa, o aplicar frío sobre la zona, para ello podemos buscar una lata de gaseosa bien fría, un hielo, un helado de agua o unos de esos pack fríos que vienen listos para los golpes. El frío debe colocarse en la zona unos momentos, retirarlo y luego volverlo a colocar, durante al menos 10 minutos.nene_golpe

Luego, pedimos al niño que se enjuague la boca y revisar la herida minuciosamente. Si la herida es pequeña y no hay ningún tipo de lesión en los dientes, pero aún sigue hinchada, debemos continuar con la aplicación de hielo. Lo ideal para este momento, es darle al niño un helado de agua, además de aplicar frío a la zona, lo terminará de calmar.

Si por el contrario, hay pérdida total o parcial de alguna pieza dental, debemos buscar el diente o el pedazo del mismo y acudir a un odontólogo o centro asistencial que cuente con guardia en esta especialidad. Si el diente que se ha perdido ha sido un diente de leche, no es fundamental llevar la pieza, ya que el mismo no se reimplanta, pero es necesario que se lo busque, ya que si no se encuentra, es posible que se haya incrustado dentro de la encía.

Tengamos en cuenta que cualquier golpe que involucre a los dientes de leche, puede afectar el desarrollo de los dientes definitivos. En el caso de que el diente no se haya roto, pero si se ha aflojado, también es necesario acudir al dentista.

Durante las primeras 48 horas hay que cuidar la higiene de la zona y controlar su evolución. Es importante llevar al niño a un centro asistencial, ya que ellos nos darán pautas que nos pueden ser de utilidad, como un anti-inflamatorio o un calmante para el dolor, y cómo debe ser la alimentación del niño durante los siguientes días para facilitar el proceso natural de curación. Por lo general, se solicita una dieta más bien líquida o blanda, en base a licuados, leche, flanes, puré, sopas, etc. Y con poca sal para que no produzca ardor en la zona lesionada.