Los ánimos se caldearon y un jugador visitante lanzó el desfibrilador al suelo. También hubo desperfectos en el vestuario visitante

El Primera Infantil jumillano se impuso al líder, el Real Murcia

La polémica saltó el sábado en el fútbol base tras el duelo de Primera Infantil entre la Escuela Municipal Jumilla y el Real Murcia en el Antonio Ibáñez, que acabó con victoria local por 3-1.

Pero los ánimos se caldearon con el partido casi terminado, con la expulsión de dos jugadores granas por proferir insultos al colegiado, según refleja el acta. Todavía sobre el césped algunos padres de los jugadores murcianistas accedieron al terreno de juego, pero fue después cuando el conflicto tomó una dimensión mayor, con  el lanzamiento al suelo del desfibrilador que se encuentra en el túnel de vestuarios, y con la rotura de azulejos en la caseta visitante, lo que acrecentó el conflicto entre las partes.

Según Txumi Crespo, entrenador del conjunto jumillano, “el partido transcurrió con normalidad y sin dureza hasta el último minuto, cuando marcamos el 3-1”. Fue entonces cuando se produjeron los hechos. “Un jugador del Real Murcia lanzó el desfibrilador al aire y se estrelló contra el suelo”, indicó Txumi, que recalcaba que “lo peor es la actuación de algunos padres, que en vez de corregir a sus hijos los alentaban. Son equipos que están programados para ganar. Cuando nosotros vamos a Murcia nos vapulean, y a veces nos roban, pero nos callamos. Y si alguien tiene un comportamiento que no es el correcto, tiene su respectiva sanción”.

Por su parte el entrenador grana, Francisco Javier Vives, reconocía la gravedad de los hechos, asegurando también que el director técnico de las bases del Real Murcia ya ha hablado con los chicos para tratar de corregir ciertos comportamientos. El entrenador grana asumía también el lanzamiento del desfibrilador, aunque asevera que “fue probado, y hasta donde tenemos constancia sigue funcionando”.

Por último Vives desmiente que fueran los padres de sus jugadores los que iniciasen la polémica, asegurando que “el técnico jumillano mantuvo una actitud provocadora durante todo el encuentro, con comentarios fuera de tono hacia nuestro equipo”.

Dos versiones de la lamentable escena que se pudo vivir entre las bases jumillanas y murcianistas. Todo fue reflejado en el acta por el colegiado, y ahora será la FFRM la que dirima responsabilidades e imponga las sanciones oportunas.