En un breve acto presidido por el napolitano Niño de las Uvas el día de la Asunción

Paqui Gil

La comunidad franciscana celebró el pasado 15 de agosto, día de Solemnidad de nuestra patrona Virgen de la Asunción, un breve acto “en el hogar de la Abuela de Santa Ana”, como indicaba el padre guardián del Monasterio de Santa Ana, Francisco Oliver Alcón.
El acto comenzó sobre las 21 horas y consistió en pedir “bendiciones a la tierra que nutre a nuestros viñedos, bendiciones para los viñadores que con tanta laboriosidad los cuidan y cultivan, bendiciones para los vendimiadores que este año, además de soportar los calores, se las han de ver con la Covid-19”.


También se bendecía a los “bodegueros que con su ciencia y técnica producen los excelentes vinos que, son los mejores embajadores de nuestras tierras y comarcas limítrofes”,explicaba Oliver.
La ceremonia comenzó sobre las 21 horas y fue presidida por el tradicional napolitano Niño de las Uvas.

Fue alrededor de esa hora cuando se bendijo el mosto “obtenido artesanalmente de las vides que plantaron nuestros antepasados en el huerto de Santa Ana”, señalaba el padre guardián. Además, añadía que, “las alegrías y las penas de su pueblo y comarcas vecinas no son extrañas para la Abuela de Santa Ana”. Por ello, en esta ocasión se elegió este llugar para llevar a cabo la ceremonia.
Este año, la bendición no solo se centró en el mosto y en las viñas, sino que también las bendiciones fueron destinadas a la pandemia de la Covid-19.