La importancia de la educación vial está fuera de toda duda, y como en todo, si se empieza a edades tempranas, pues mucho mejor. De hecho, la ley incluso contempla la posibilidad de incluir la educación vial en distintas asignaturas a lo largo de todas las etapas educativas, pero su relevancia obliga a que los padres y todos los miembros de la unidad familiar, se ocupen de ella, sin llegar a delegarla a maestros o monitores de actividades específicas. Los padres deben de ser los primeros responsables en transmitir a sus hijos las actitudes, valores y normas de comportamiento vial.

Todos somos peatones o viajeros, sin excepción, y en la mayoría de los cosas, caminamos junto a nuestros padres, hermanos, resto de la familia, amigos o compañeros. Igualmente, viajamos en grupo practicamente a diario y realizamos las vacaciones a borbo de un vehículo. Por este motivo, las familias deben tener como uno de sus objetivos prioritarios el fomento de actitudes viales que vayan generando conciencia ciudadana y comportamientos encaminados a la creación del sentido vial, la convivencia y las pautas adecuadas para la movilidad segura.

Los accidentes viales son causantes de muchas de las muertes a nivel mundial y, desgraciadamente, la cantidad de los mismos tiende a incrementar año tras año. La razón principal de esto tiene que ver con la falta de responsabilidad en la circulación y la ausencia de conocimiento en materia de normas básicas, lo que podría llegar a solventarse si se tomaran las medidas necesarias para la promoción y enseñanza de la educación vial.

Jumilla en ese sentido es una de las poblaciones que tiene la suerte de contar con un Centro de Educación Vial, donde poder ‘criar el arbolico desde pequeñico’. Además, cuenta que algo que es exclusivo y es la pasión del agente de la Policía Local, Pascual David Muñoz, flamante Premio Siete Días Jumilla 2018 a la Mejor Labor Educactiva, que magistralmente presentó la nueva campaña escolar de educación vial y que va a hacer que padres e hijos, vean, sientan y oigan.