En clave de sol by Gustavo López

Lo que no se conoce no existe, y esto, aunque parezca una frase hecha, lo cierto es que es una realidad, ya que ese otro dicho de que el buen paño en el arca se vende, ya empezó hace tiempo a presentar ciertas lagunas, y muchas veces, las cosas, los artículos y productos, han de ser buenos, de calidad, lógicamente, pero sobre todo, tienen que ser demandados y contar con la confianza de aquellos a los que va dirigido.
Ya sabemos que en una empresa o en cualquier establecimiento, su éxito depende principalmente de que los posibles clientes piensen en ellos como primera opción. Porque, ¿cuántos de ustedes tienen claro que mañana se van a comprar un pantalón nuevo? Supongo que pocos o ninguno. Pero si pregunto, ¿cuántos se lo podrían comprar en los próximos seis meses? Pues estoy seguro que muchos. Que quiero decir con esto, pues que siempre, sea el sector que sea del que estemos hablando, siempre va a haber más clientes futuros que inmediatos.


Para conseguir esto, los medios de comunicación jugamos un papel fundamental, ya que uniendo todas nuestras posibilidades, véase nuestro caso con un periódico líder, emisora de radio, edición digital y redes sociales, estos dos últimos con unas cifras realmente importantes de seguimiento, repercusión e interacción, pues el nivel de conocimiento y confianza en la marca, se multiplica por bastante, por muchísimo diría yo.
Ahora estamos muy cerca ya de una época del año en la que la receptividad también es mayor, y por eso, la Navidad se convierte en una oportunidad excelente para lograr el mejor posicionamiento de lo que ofrecemos y hacer que cuando alguien necesite de nuestros servicios o productos, piense en nosotros como primera opción.
Yo siempre digo que está todo inventado, y que hay que aprender de los buenos, y copiar todo aquello que se pueda adaptar a nosotros y a lo nuestro. Por eso, quién no conoce la Coca Cola, o El Corte Inglés, y tantas y tantas marcas que se niegan a desaparecer, ya que si ellos no están, no es que pierdan ventas, es que las ganan sus competidores, y es por ello, que uno de sus capítulos que están más arriba en sus presupuestos es precisamente el de la promoción.
Porque decía Henri Ford, fundador del gran imperio automovilístico estadounidense que lleva por nombre el de su apellido que, dejar de hacer publicidad para ahorrar dinero, es como parar el reloj para ahorrar tiempo.