Editorial
La última vez que las distintas comparsas de Moros y Cristianos desfilaron por las calles de Jumilla fue en agosto de 2019. Tras esa fecha, la pandemia primeramente, y después la falta de entendimiento a la hora de cuadrar el programa de actos con otros colectivos de la Feria y Fiestas, había hecho que esta fiesta, que organiza la Asociación don Pedro I, quedara en dique seco.
Por lo tanto, son casi cinco años los que han hecho falta para poder volver a disfrutar de estos actos que, cuando se hacían en el mes de agosto, se realizaban en honor a la Virgen de la Asunción, pero que ahora, con el cambio de fecha y el traslado al fin de semana del 7, 8 y 9 de junio, ya no serán en honor a la patrona de Jumilla, aunque cuando lleguen las fiestas de agosto, en las distintas actividades patronales como la ofrenda o la procesión, tomarán parte las abanderadas y demás cargos festeros.
De siempre han sido numerosas las voces que decían que para que las fiestas de Moros y Cristianos terminaran de despegar en Jumilla, máximo después de tantos años desde su fundación, era necesario y casi obligatorio el cambio de fecha, salir de la vorágine de la Feria y ocupar un espacio propio, como pasa en todas las fiestas de Moros y Cristianos de cualquier ciudad. Por eso, ahora veremos si esto es así, y si la fecha elegida es la correcta, y aunque este año el programa de actos no es muy extenso, habrá que trabajar en la línea de crecer, de sumar y que los Moros y Cristianos de Jumilla no queden reducidos a un único desfile y poco más.