Paso corto, vista larga by Pascual David Muñoz Álamo

Los meses del año son hojas en el calendario que van cayendo una tras otra, a su ritmo, pero siempre es frenético como la vida misma. El verano es una estación que te debería hacer frenar, bajar esa marcha siempre puesta, de crucero. Es cierto que cada una y uno debería reflexionar para adentro, una introspección personal en función de sus responsabilidades laborales y cotidianas, toda energía llega a su mínimo, las mentes de ahora no son como las de antes, se agotan antes de llegar a una fecha de caducidad marcada y necesitamos sin duda, parar y resetear.
Un descanso adecuado, en forma de vacaciones o desconectar durante unos días, permitirá que tu mente vuelva a esa recarga de energías y se sienta joven, se rejuvenezca.
¿Cuántas veces has sentido que la claridad mental para resolver problemas no era la adecuada? O ¿Qué para poder resolver esa situación laboral o personal tuya necesita de ser observada desde otro prisma?


Te voy a lanzar una serie de ideas, llámalos consejos o simplemente visiones para que no decaigas en ese ánimo y la oficina no vaya contigo a la orilla de la playa, en esa idea que si lo haces te alejas de los tuyos sin pretenderlo, te notan ausente, distraído y constantemente rechazas que estás allí en mente a pesar de estar aquí en cuerpo, tu mente sigue trabajando como un ordenador que nunca se detiene y siempre está conectado a la red eléctrica.
Bríndate la oportunidad de descansar y desconectar, subirás el estado de ánimo y avanzarás en esa mejora de la salud mental, tan apreciada en nuestro presente. El poder de la concentración y esa claridad, te reportarán muy en positivo cuando vuelvas a tus responsabilidades.
Cuando consigues esa paz, ese tiempo libre, esa desconexión obliga a que tu mente divague y por tanto nuevas ideas surjan a ti, rebrotan sin haber regado nada, solo has estimulado la creatividad y la innovación, eso se consigue con el sosiego, la mesura y la tranquilidad.
Deseo que actives el tiempo de calidad y no de cantidad con tus amigos, con esos familiares que se lo merecen todo, sin distracciones por las obligaciones. Las vacaciones ayudan a fortalecer lazos emocionales, a poner en la balanza de la vida las cosas prioritarias y a desechar las piedras vacías que paralizan el avance.
Ese bienestar general te permitirá calibrar y encontrar alegría en las pequeñas cosas.