Desde su inauguración, el 14 de agosto de 1883, el Teatro Vico ha sido protagonista de la vida cultural del municipio

Ha acogido cine, congresos, banquetes, y demás actos sociales

Juanma Pérez Llorca

Se apagan las luces. El silencio se hace eco en la sala y los espectadores ya están colocados en sus asientos. De repente empieza a sonar una canción que retumba sobre el anfiteatro. “La Tempestad” abre el telón para estrenar un 14 de agosto de 1883 el Teatro de la Villa de Jumilla. En esta zarzuela intervinieron el tenor Lacarre, el barítono Bueso, el bajo Miguel Soler y las tiples Nadal y Latorre. De esta forma, el tesoro cultural de la ciudad cumple 141 años de historia y resiste al paso del tiempo.
La actual concejal de Cultura, Asun Navarro, se muestra orgullosa por este edificio y asegura que “las compañías que vienen a actuar quedan maravilladas con nuestro teatro, que hoy en día es el epicentro de la actividad cultural del municipio”. Recuerda que ese año 1883 “son momentos en los que Jumilla se encuentra en un constante auge socioeconómico debido a la gran exportación de esparto y de vino”, asegura la edil. Es por eso, que, como símbolo del modelo de ciudad que es en la España del siglo XIX, las familias más adineradas quieren tener un espacio que mezcle el ocio y la cultura y que sirva como lugar de encuentro.

Mezcla de estilos

El edificio se caracteriza por ser una mezcla de distintos estilos. Su arquitecto Justo Millán es conocido por diseñar también el Teatro Romea de Murcia, que guarda cierta similitud estética con el Teatro Vico. A lo largo de los años desde su construcción, la sala ha sido modificada en distintas ocasiones. Una en 1953, otra en 1991 y la última en 2008, siendo la de finales de siglo XX la más importante. El año pasado también se sustituyó la caja escénica antigua por una más moderna.
A pesar de las numerosas reformas que ha sufrido el nombrado espacio cultural, todavía conserva gran parte de elementos desde sus inicios. La fachada principal conserva la misma estética. También se mantiene el estilo bicolor que le ha caracterizado siempre.

Fotografía Luis Canicio

En su biografía, Justo Millán, el arquitecto que llevó a cabo el diseño del edificio, dejó escrito en sus memorias que en el proyecto del Teatro Vico se había inspirado en el “blanco cegador del caserío levantino y el rojo tierra de la llanura manchega”, debido a lo limítrofe que está Jumilla con la parte del Levante y con La Mancha. También cuenta con bustos esculpidos en medallones de yeso donde aparecen retratos de autores como Tirso de Molina, Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Lope de Rueda y Ramón de la Cruz.
Por su parte, Juan Simón, coordinador del teatro destaca que “la acústica siempre ha sido de primer nivel debido a su estructura en forma de herradura”. Además, añade que “si alguien susurra desde la boca del escenario, se escucha perfectamente en toda la sala”.

Visita de personalidades

A lo largo de su historia, el Teatro Vico ha contado con la visita de personalidades importantes, entre ellas, la del presidente del Gobierno en 1906, José Canalejas, por la celebración de un Congreso de Agricultura. Otra que destaca es la visita de la Reina Sofía, por la reinauguración del edificio en 1991.
Sus paredes también han acogido curiosos eventos. “En 1912 se celebró el banquete de boda de una de las nietas del conocido torero de la época Frascuelo, que, según las crónicas de los tiempos, fue un gran acontecimiento en el municipio. Y en 1921 se realizó la comida de inauguración de la línea del tren Chicharra que unía Jumilla y Cieza”, cuenta Juan José Melero, periodista y uno de los autores del libro ‘Tal día como hoy’. Y, por supuesto, sobre sus tablas han actuado los grandes artistas españoles de cada época.

Fotografía Agencia EFE

Lugar de encuentro

El teatro era el sitio de reunión por excelencia. En aquella época, la sociedad todavía se dividía en clases sociales. Es por ello por lo que, el edificio estaba diseñado para que la clase media-baja, que solía ocupar el espacio de las butacas, entrase por una puerta y la aristocracia local, que se posicionaba normalmente en palcos y plateas, entrase por la otra. De esta manera se evitaba que las distintas clases se mezclasen.
Al igual que numerosos teatros que fueron construidos en esos tiempos, el Vico de Jumilla, ya en el siglo XX, tuvo que adaptarse a las preferencias del público. El mundo de la interpretación no creaba interés y se empezó a ofrecer para proyecciones de cine, charlas, congresos y demás actos sociales.


El Teatro Vico es un símbolo de la pasión por las artes escénicas, un recordatorio de la importancia de preservar nuestra historia y un espacio de encuentro vital para la ciudad de Jumilla. Que su telón nunca deje de abrirse, brindándonos la magia y el entretenimiento que solo un teatro con tanta historia puede ofrecer.