En clave de sol by Gustavo López
Con la llegada de la Navidad, las tradiciones florecen, y qué hay más tradicional que un Belén en estas fiestas. En este sentido, no es la primera vez que hago mi particular composición belenista, con el permiso de Fraski, que él si sabe de esto, y sin ánimo de que nadie se lo tome a mal, sino todo contrario.
La alcaldesa de Jumilla la vamos a poner de Virgen Severa. Ella está en el centro de todo, serena, con una sonrisa paciente y mostrando una particular “calma política” frente a las tempestades propias de la bancada de enfrente. La Virgen organiza y manda a todos a trabajar. Sus seguidores la respetan y la aclaman con vítores y cantos de alegría.
Junto a ella, está Delfín San José, el encargado de las cuentas. La Virgen confió en él para gestionar las ‘perricas’ del Belén, pero este año no le ha dado nada más que quebraderos de cabeza, ya que el presupuesto hubo que sacarlo tarde, mal y casi nunca, y para colmo, cuando por fin iba a entrar en vigor, resulta que había hecho apartijos en los que se había quedado más corto que la República Catalana, que duró ocho segundos. Además, ha tenido incluso peticiones para que inicie los trámites de divorcio y se separe de la Virgen. ¡Vaya escándalo!
Como los tres Reyes Magos, los grupos de la oposición no podían faltar. Cada uno llega de un lugar lejano. Una desde la izquierda del mapa. Otro desde la derecha y más para allá. Y la tercera, que se ha tenido que acostumbrar a su nuevo papel, aunque ella lo que quería es ser Virgen María. Cada uno llega con su estrella particular, sin mucho acuerdo entre ellos, ya que cada son de su padre y de su madre, algo que sabe perfectamente María Severa, y se aprovecha de ello.
Al responsable de prensa y comunicación, le vamos a encomendar un doble papel. Será el buey y la mula a la vez, ya que trabaja como tal. De lunes a domingo aparece en la oscuridad del establo, siempre a la sombra de la jefa, pasando desapercibido a veces, y otras en cambio sufriendo la incomprensión. Nuestro mula-buey le cuenta a todos lo que pasa y saca a la Virgen y a los pastores y pastoras, siempre muy guapos en las fotos, lo que le ha hecho ganarse el cariño de los suyos.
Finalmente, el niño Jesús serán todos los jóvenes y las futuras generaciones de jumillanos que, con su energía, sus ideas y su compromiso, darán forma a la Jumilla de los próximos años, que ante todo piden unidad y huir del enfrentamiento a nuestros políticos.