Editorial
El déficit de agua es un grave problema del que mucha gente habla pero que muy pocas soluciones se ponen. No se trata de un tema de ahora, sino que ya son muchos, demasiados, diría yo, los años que venimos arrastrando el tema que, con el paso del tiempo, se hace más grave y preocupante. Además, como es sabido, el Altiplano se encuentra en tierra de nadie y no está conectado ni a los canales del Taibilla y, por lo tanto, no recibe aporte alguno del Trasvase Tajo-Segura. De esta manera, dependemos de nosotros mismos, pero tenemos unos acuíferos sobreexplotados y con fecha de caducidad fijada en el año 2027.

Y hecho este preámbulo, les invito a que lean la noticia de apertura que va en las páginas 6 y 7, donde trasladamos la información que nos aportó el gerente de una empresa que pone sobre la mesa un proyecto que viene a traer un rayo de luz al final del túnel del agua, ya que aunque a priori pueda parecer utópico o incluso imposible, lo cierto es que son ya varios los años que se lleva trabajando en el tema, se han dado muchos pasos al respecto, lo que ha servido para avanzar hasta llegar a la posibilidad de que sea declarado de utilidad pública.
Las cifras son de vértigo, pero es el único que hasta el momento pone sobre la mesa una solución que está dispuesto a llevarla a cabo y que pondrá solución al déficit no solo comarcal, sino regional.
Quedamos a la espera, y ojalá muy pronto podamos dar cuenta de interesantes avances. De momento, todo parece atado y muy bien atado.