En clave de sol by Gustavo López
A medida que se acerca la Semana Santa, es común que las cofradías y hermandades, así como la propia Junta Central, celebren diversos actos previos. En este sentido, surge una reflexión que por desgracia no es nueva, ya que se dice, se sabe y se reconoce, pero no se hace nada. Me estoy refiriendo a la necesidad de que estos actos sean breves, concisos y ganen por tanto en elegancia.
En ocasiones, se cree que algo farragoso y con muchas cosas, cuántas más mejor, es sinónimo de hacer las cosas bien, y nunca más lejos de la realidad. Ya que, como se suele decir, lo bueno y breve, dos veces bueno.
Los actos previos a la Semana Santa que se celebran, son una oportunidad para rendir homenaje, compartir momentos de fraternidad y preparar el espíritu para la llegada de la esperada fiesta. Sin embargo, es crucial que no se conviertan en eventos interminables o excesivamente detallados que puedan hacer perder la esencia. De ahí la importancia de que cada acto se ajuste a una duración adecuada, manteniendo su carácter formal y respetuoso, pero sin excederse en tiempo o discursos y presentación del presentador. Igual que existe una comisión de procesiones, otra de publicaciones, la hay de presupuestos, también artística, pero no la hay ni musical, ni ninguna que ponga orden a la hora de organizar este tipo de actos, tanto de la JCHSS como de las cofradías.
Un ejemplo destacado de hacia dónde hay que ir, lo pude vivir en primera persona en el nombramiento de Hermana de Honor 2025 de la Hermandad de Santa María Magdalena, que tuvo lugar el sábado 15 de febrero. Este evento es un claro ejemplo de cómo un acto protocolario puede ser breve, preciso y cargado de significado. La ceremonia se desarrolló de forma concreta y elegante, sin entrar en una sucesión interminable de discursos o formalidades innecesarias. El ambiente se mantuvo solemne, pero sin caer en lo tedioso, lo que permitió que los asistentes pudieran vivir la experiencia de forma plena y respetuosa, sin tener que estar pendiente del reloj o haciendo fuerza para no bostezar.
Actos concisos, sin perder su esencia ni su significado, deben ser la norma para todos los eventos previos a la Semana Santa. La elegancia y la concreción deben prevalecer, pues son la mejor manera de honrar la tradición sin sacrificar la frescura y el respeto por el tiempo y la atención de todos los implicados.
A ver si cunde el ejemplo o ha sido un simple espejismo.