El ‘Chicharra’ estuvo funcionando de forma continua desde 1905 hasta 1969, ampliado hasta Cieza en 1921

Primero para que viniera y después para que no se fuera, el ferrocarril fue siempre motivo de reivindicación en el municipio

J. J. Melero

Este año 2025 se cumplen 120 años de la llegada del tren a Jumilla. Fue en concreto el 29 de enero de 1905 cuando se inauguraba el tramo que unía Yecla con Jumilla. A las once de la mañana llegaba el primer tren que traía a las autoridades de ambos municipios, entre ellos el alcalde de Jumilla, José Antolí Fernández.
Como se puede imaginar, los jumillanos de aquella época recibieron con gran entusiasmo la noticia, ya que habían sido muchos años de trabajo y espera.
La llegada del ferrocarril a Jumilla se planteaba vital para la economía del municipio, que alcanzaba el inicio del siglo XX en desventaja con respecto a otras zonas del país al no poder sacar con rapidez el excedente de vino o esparto por la falta de un medio de transporte en auge como el tren. A ello se unía la ausencia de buenas vías de comunicación, ya que apenas cruzaban el término dos polvorientas carreteras.


No fue fácil conseguirlo. Llevó consigo dos décadas de reivindicaciones de los políticos, empresarios y personas de influencia en la época, ya que tenía mucha importancia para la ciudad. Sus controversias se pueden asemejar a buen seguro a las generadas un siglo después por la llegada de la autovía o peticiones históricas actuales como la salida de la misma y ensanche de la carretera de El Carche. Debió ser todo más parecido de lo que incluso podamos pensar.
Ya logrado en 1905 el enlace con Yecla y Villena, hubo que esperar otros 16 años para conseguir el tramo hasta Cieza, puesto en marcha en 1921. Se trabajó, además, por lograr otra línea hasta Alicante, desde Hellín y pasando por las minas de La Celia, pero en este caso sin éxito.
Lo que parece claro, es que el ferrocarril en Jumilla fue una lucha constante de los gobiernos de turno. Primero para conseguir que llegara, a continuación para intentar su transformación a vía ancha y por último para evitar que se fuera.

Falsa esperanza

Estas dos últimas reivindicaciones, como hoy es evidente, nunca fueron efectivas y la no consecución de una llevó tristemente a la otra. En julio de 1952, el alcalde del momento, Pedro Martínez Eraso, se reunió en Madrid con el ministro de Obras Públicas, Fernando Suárez de Tangil, para solicitar la conversión en vía ancha, al menos del tramo de Jumilla a Cieza.
Incluso en agosto de 1953, la Diputación Provincial llegó a anunciar que invertiría 64 millones de pesetas en la transformación del ferrocarril Yecla-Jumilla “en vía normal”.
No llegó a ejecutarse. No hubo éxito en las gestiones y achacando tratarse de un servicio deficitario, el último día de junio de 1969, el popular ‘Chicharra’ dejaba de funcionar, todavía con la falsa esperanza en políticos y ciudadanos de que su cierre sería solamente temporal.


Las noticias del último viaje del Villena-Yecla-Jumilla-Cieza reflejaban todavía en los ciudadanos de los municipios de su trayecto la ilusión por su reconversión a vía ancha. Así lo dejaba ver la crónica del periódico Línea del 1 de julio de 1969. Fue precisamente este ya desaparecido diario regional el que había iniciado una campaña para lograr mantener con vida esta línea de ferrocarril y transformarla a vía ancha.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Muy pocas semanas después se iniciaron los trabajos para retirar las vías. En marzo de 1971, aprovechando la visita a Jumilla del gobernador civil, Enrique Oltra Moltó, para la inauguración oficial del Colegio Nuestra Señora de la Asunción, se le vuelve a solicitar que el ferrocarril, que llevaba casi dos años sin funcionar, se transforme a vía ancha. No se desistía.

Adiós querido Chicharra

Para la historia quedarán pancartas reivindicativas y con muestras de cariño realizadas por la ciudadanía para la que este tren tanto valor tuvo.
Hoy, únicamente quedan como testigos de esta lucha histórica los antiguos edificios de la estación, que tras aquel cierre han sido rehabilitados y reutilizados para distintos fines, así como algunos de los apeaderos y el proyecto todavía no concluido de una vía verde en su trazado.