Editorial

Todas las agresiones, sean del tipo de sea, y vayan dirigidas a quien vayan, son totalmente repugnantes, condenables y rechazables 100 por 100. No hay motivo alguno que justifique un hecho así, ni nada que sea capaz de defender una agresión.
El pasado sábado, cuando el concejal de Juventud y Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Jumilla, Álvaro Soriano, disfrutaba en una zona de ocio junto a varios amigos, un desaprensivo, sin venir a cuento, con total premeditación y alevosía, insultó al joven e incluso le agredió provocándole algunas lesiones. Sin duda alguna, se trata de un hecho totalmente condenable, ya que no solo es una agresión hacia una persona concreta, sino que suponen un ataque directo a los valores democráticos, a la convivencia y al respeto que debe regir en nuestra sociedad. Ninguna discrepancia, ya sea ideológica o personal, puede, ni debe, resolverse a través de la violencia.


Desde Siete Días Jumilla, mostramos todo nuestro apoyo y solidaridad a Álvaro Soriano, y pedimos que, como no puede ser de otra forma, se investigue lo ocurrido para que el responsable rinda cuentas. Asimismo, hacemos un llamamiento a los jumillanos para rechazar cualquier forma de violencia, ya sea física o verbal, y defender siempre el diálogo y el respeto mutuo como pilares fundamentales de nuestra convivencia. Porque no todo vale. La política y la vida pública requieren de responsabilidad, tolerancia y educación, y las agresiones y la intolerancia no tienen espacio.