En clave de sol by Gustavo López

Tras haber tenido el inmenso honor de ser el pregonero de las Fiestas de Moros y Cristianos de Jumilla este 2025, puedo decir con total convicción que participar en esta celebración desde dentro ha sido una experiencia bestial, que con toda probabilidad, será repetible. Lo que comenzó como un compromiso ilusionante acabó convirtiéndose en una vivencia que me ha marcado, y que me ha gustado. Además, recomiendo al cien por cien a todo aquel que tenga la oportunidad de vivirla, y si lo hace como yo, con su familia, pues mejor que mejor.
Desde el primer momento en que fui nombrado pregonero, la cercanía de las comparsas y de la Federación de Moros y Cristianos Don Pedro I me envolvieron por completo, abriéndome de par en par las puertas de su fiesta.


Preparar el pregón fue un reto precioso. Durante semanas trabajé concienzudamente para encontrar las palabras adecuadas y rendir así homenaje a una tradición que, afronta el importante desafío de afianzarse en una nueva fecha de celebración, por lo que está llamada a crecer a pasos agigantados gracias al esfuerzo colectivo y a la defensa de nuestra la historia, cultura y convivencia. No obstante, los festeros que han participado este año triplican a los del año pasado, lo que deja muy buen sabor de boca.
Por eso, después del pregón decidí participar activamente en los actos, convivir con las comparsas, desfilar, emocionarme y sentir el ritmo de los pasacalles, ya que es algo que sólo puede entenderse si se vive desde dentro. Ver cómo todo un pueblo se echa a la calle y pone a rebosar su calle principal, se une y celebra con orgullo, simplemente es una lección de identidad, pasión y respeto.
Quiero agradecer, de corazón, a todas y cada una de las personas que hacen posible esta fiesta. Y por su puesto a la Kábila Aben Hud, que me ha acogido a mí y a mi familia dejándome sin palabras. Conocía a algunos de sus integrantes, y a otros muy poco o nada, pero la familiaridad ha sido la tónica general y ahora todos son amigos y aquí estoy para lo que necesiten.
Ser pregonero de los Moros y Cristianos de Jumilla ha sido un regalo. Pero vivir la fiesta en primera persona, como uno más, ha sido un lujo emocional que no olvidaré jamás. Si alguna vez tenéis la oportunidad de implicaros, no lo dudéis: Jumilla sabe celebrar, y aquí se celebra con alma, con historia y con corazón.