En clave de sol by Gustavo López

Hace ahora justo dos años que el Ayuntamiento de Jumilla cambió de color, y el PSOE de Juana Guardiola, después de 8 años de gobierno, de los que los últimos cuatro habían sido con mayoría absoluta, pasó a la oposición tras la victoria del PP de Seve González. Por lo tanto, se atraviesa ahora el ecuador de una legislatura en la que de nuevo, el equipo de Gobierno no tiene mayoría suficiente, por lo que todo hacía pensar que, a pesar de negarlo más veces que San Pedro, finalmente se rendirían a la evidencia y pasaría lo mismo que en Cartagena, Alhama, Molina, Lorca, La Unión, Puerto Lumbreras, Las Torres de Cotillas y la vecina Yecla, donde los populares y los de Abascal, firmaron pacto para por lo menos, no llegar a los sobresaltos por lo que sí ha tenido que pasar Jumilla.
En este sentido, en estos dos años del Gobierno de Seve González, no se han aprobado presupuestos, y los primeros salieron adelante vinculados a una moción de confianza que la líder popular perdió, pero eso sí, tenía muy claro que la oposición no se uniría nunca para desbancarla del sillón de la alcaldía, y que no habría candidato alternativo. Todo esto provocó que las cuentas estuvieran en vigor apenas un mes, y que entraron cuando estábamos comprando los turrones.


Recientemente, la oposición ha tumbado hasta en dos ocasiones en pleno, y otra en comisión, la famosa tasa de basuras, lo que ha obligado a recomponer el borrador de presupuestos para 2025, al tener que restar el dinero que se esperaba ingresar.
En el Gobierno local no todo lo que reluce es oro, pero es que en la oposición tampoco te creas, con una concejala de IU-Podemos que no participa de nada ni de nadie, solo aparece en los plenos y porque no tiene más remedio. De hecho, en estos dos años, ha convocado dos ruedas de prensa y poco más.
En el caso del PSOE, su oposición también está siendo bastante cómoda para el Gobierno, con reacciones muy lentas. Sin ir más lejos, con el tomate que hay con los que trabajan en los puestos del Mercado, que les han pedido que abandonen sus establecimientos, con el restaurante incluido, y ni Juana Guardiola ni ninguno de los suyos ha dicho esta boca es mía. Parece que si estuvieran esperando al último año o simplemente estén huyendo de mojarse mucho.
Por su parte, Vox lo tiene claro, y Juan Agustín Carrillo sigue a pies juntillas las directrices de los suyos, que muchas veces saca de sus casillas a los del PP. Ya llegará 2027.