En clave de sol by Gustavo López

Lo he puesto de manifiesto un montón de veces, y en la última ocasión ya dije, que hasta aquí, pero lo del pasado fin de semana en Jumilla ha vuelto a poner sobre la mesa una realidad que cada vez se hace más evidente. Efectivamente, esa era mi idea, no quería volver a tratar este tema, pero es que estamos ante una necesidad imperiosa y urgente. Tenemos que contar ya con una agenda común de actos que permita coordinar de forma eficiente la intensa vida cultural, festiva y social de nuestro municipio. Y para ello, creo que es la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Jumilla la que está llamada a hacerlo. Porque no es que en Jumilla la coordinación y planificación en este sentido sea buena o mala, simplemente es que es cero al cociente y bajo la cifra siguiente. Es decir, ninguna, nada de nada.
En apenas dos días, se celebró el pregón de la Patrona, el traslado de la Virgen, la festividad de Santa Ana, dos festivales de bandas con sus respectivas actividades, un concierto en el convento, además de otros eventos de menor escala, pero igualmente relevantes para diferentes colectivos.


Para los ciudadanos, esta acumulación se tradujo en decisiones difíciles, como elegir entre asistir a un acto u otro, hacer malabares para llegar a todos o, simplemente, perderse actividades en las que se estaba interesado. Igualmente, para los organizadores, supuso esfuerzos logísticos mayores, divisiones de público y una disminución de la visibilidad y el alcance que cada evento merecía por sí mismo.
Jumilla es una ciudad viva, con un tejido asociativo rico, dinámico y comprometido. Ese es, sin duda, uno de sus grandes valores. Pero esa misma riqueza, si no se canaliza de forma ordenada, puede derivar en un desgaste innecesario. Una agenda única, gestionada con previsión y en diálogo con todas las entidades implicadas, (Ayuntamiento, asociaciones culturales, bandas, cofradías, parroquias, colectivos festeros e incluso empresas), permitiría evitar coincidencias innecesarias, optimizar recursos, mejorar la comunicación y garantizar que cada acto tenga su espacio y su público.
No se trata de restar, sino de sumar. De seguir creciendo como pueblo, pero haciéndolo con cabeza, con respeto y con una visión global que ponga en valor cada iniciativa. Porque todos los actos que se organizan en Jumilla, grandes o pequeños, merecen atención y participación. Y eso solo será posible si nos organizamos mejor.