Segunda parte del reportaje publicado el 4 de septiembre sobre los autocares que han operado en Jumilla
El Solvyt o La Requenense siguieron el germen de El Marqués o La Noveldense, en un municipio cuyo instituto llegó a tener bus propio
Reportaje de J.J. Melero
La Noveldense, El Marqués o Autos Antonino comenzaron a prestar servicio en el municipio hace ya un siglo. Fueron pioneras en enlazar Jumilla con diferentes puntos de la provincia y alrededores, tal como se cuenta en el reportaje publicado el pasado 4 de septiembre, y el germen de otras que fueron llegando con el tiempo.
A mitad de siglo, la recordada línea SOLVYT (Sociedad Limitada de Viajes y Transportes) era la encargada de llevar a los jumillanos hasta Valencia y Barcelona a través de una concesión que iniciaba su trayecto en Caravaca y paraba junto al Bar Copacabana, en la avenida Reina Regente (hoy, de Levante).
Se trata de un trayecto, que a diferencia de otros muchos, se mantuvo en el tiempo, aunque más adelante gestionado por la empresa La Unión de Benisa, Enatcar y actualmente por Alsa.
Por otro lado, la empresa La Requenense, conectaba diariamente Jumilla con Albacete. Salía a las seis de la mañana y tenía parada en varios pueblos de esta provincia manchega.
Jumilla dio un nuevo paso en la modernización de sus transportes públicos con la puesta en marcha de dos líneas urbanas que, al menos una de ellas, funcionó durante muchos años, pero que se perdió con el tiempo.
Estuvo gestionada de 1981 a 1993 por Amancio García, que la recogía de Arturo Canals, que más adelante llevó una segunda concesión, traspasada después a Antonio Palazón. Ambas se acabaron perdiendo al convertirse en licitaciones deficitarias y sin subvenciones.

En 1998, el Ayuntamiento puso en marcha de nuevo una nueva línea urbana, con autobús renovado, pero que con el paso de los años también cerró.
Incluso el Instituto Arzobispo Lozano llegó a contar con su propio autobús, que además de dar servicio al alumnado para sus viajes, hizo de vehículo de prácticas.

Pioneros del BlaBlaCar
Durante los años setenta operó, además, un autobús sin concesión de línea, que llevaba y traía a jumillanos hasta Cataluña, de forma parecida a como lo hizo muchos años después BlaBlaCar. Estaba liderada por Salvador Gómez y tenía servicio semanal, aumentado en fiestas. Contaba con parada fija en Badalona y Reus, dos ciudades donde, por trabajo, residían gran cantidad de jumillanos.
En el siguiente enlace, pueden leer la primera parte de este reportaje, que se publicó el 4 de septiembre en la edición impresa de Siete Días Jumilla, y el día 7 en esta misma página web.