Durante el pasado siglo el municipio llegó a contar con más de dos decenas, muchos concentrados en Cánovas

Cuando en el resto de España más del 80% ha cerrado en los últimos 25 años, la ciudad todavía conserva varios puestos

Reportaje de J.J. Melero

En tiempos en los que los quioscos parecen cosa del pasado, Jumilla marca la diferencia. La ciudad conserva todavía unos cuantos de estos pequeños negocios que siguen latiendo en sus calles, gracias al compromiso de quienes los regentan y de un vecindario que no olvida su valor.
Casi todos de madera, más adelante metálicos, algunos incluso con ruedas y en el menor de los casos de obra. Así eran los puestos en el pasado siglo XX. Un total de 24 se han documentado en Jumilla y seguro que alguien recuerda alguno más, una vez que lea este pequeño homenaje a estos comercios con tanto sabor a golosina y olor a revista.
A principios del siglo XXI había más de 20.000 en España, cifra que este año 2025 no supera ya los 4.000. Significa que han cerrado más del 80%. Sin embargo, en Jumilla la historia es diferente, y aunque es cierto que hay muchos menos que antes, los porcentajes de cierre son algo mejores y más, teniendo en cuenta, el tamaño del municipio.
A los que peor les fue ha sido a los de la calle Cánovas, quizás por el progresivo traslado de la zona más comercial hacia otras avenidas. Aquí cayeron los siete que había.
Los más emblemáticos por su posición estratégica y por los muchos años que estuvieron funcionando fueron los regentados por Teófilo Hurtado, abierto hasta 2012, y por Jacobo Navarro, ambos junto al Teatro Vico.


También fueron cerrando en esta misma calle progresivamente los dos de la Plaza de la Constitución, el de la esquina de la avenida de la Asunción (antiguo Correos), el de enfrente del Casino, así como el que estaba ubicado junto al edificio del Pósito, Kiosco El Cheri. Cerca de aquí sigue abierto el de la Plaza del Rollo, a la espera de situación definitiva, dentro del jardín. En el otro extremo también es historia el que hubo en la calle Castelar.
La Plaza del Rey Don Pedro sigue manteniendo un quiosco abierto y el Paseo Lorenzo Guardiola otro: Kiosco Leo y Pichote Palace respectivamente. No muy lejos de allí hubo otros, en el propio Paseo y en la avenida de la Asunción, justo enfrente del Cine Moderno.
En la calle Valencia existió otro pequeño quiosco, situado en el lateral del Pabellón de Deportes. En ese entorno funciona desde hace unos años un quiosco en la Plaza de la Alcoholera de Menor. La propia Churrería Sota, en la trasera del Teatro Vico, fue previamente un pequeño quiosco de madera.
Las plazas Picasso, junto al Colegio Miguel Hernández, y de Juan Paco Baeza tuvieron puestos funcionando hasta no hace mucho, así como el Barrio de Santiago, muy cerca de los pisos del MOPU y la Plaza de San Juan, reabierto hace poco. Igualmente, en la avenida de Yecla hubo dos quioscos frente a la Estación de Servicio de Simeón; y otro al inicio de la calle Calvario, justo donde finaliza la calle Cruces.

Quioscos con ruedas

Estos son los fijos, pero también hubo otros muchos con ruedas que ofrecían desde castañas en invierno a ‘chambis’ en verano, así como palomitas o almendras garrapiñadas
Hoy, los que quedan abiertos, ya ninguno de ellos con ruedas, se reinventan más allá de las golosinas y prensa en busca de unos ingresos dignos en un negocio que funciona casi con ganancias céntimo a céntimo. Pan, bollería, bebidas, helados, granizados, juguetes e incluso souvenirs… mantienen vivos estos quioscos casi sin horario, pero que siguen haciendo las delicias de cualquiera.

En las fotos de arriba se ve el quiosco con ruedas de Maciste en la Verbena de San Pedro (años 20), Avidesa en avenida Yecla y puerta del antiguo Correos
Fotos: (1) autor desconocido (2) José Antonio Tomás (3) Diego Espinosa de los Monteros

Sobretodo de los más jóvenes, en ese momento en el que todavía no se alcanza a sus entrañables ventanales, por donde hace años se desbordaban las golosinas y las revistas.