Odontólogo Colegiado nº 797
A lo largo de nuestra vida, nos vemos afectados por los problemas de encías, sin embargo la mayoría de las personas no son conscientes de las causas, los signos, y las posibles severas consecuencias.
Los problemas de encías son indoloros y a menudo se malinterpretan como una parte natural del proceso de envejecimiento.
Tres de cada cuatro personas pueden sufrir problemas de encías. Reconocer los síntomas de los problemas de encías es la base de mantener una boca sana toda la vida.
Cuando no te cepillas los dientes correctamente o con suficiente frecuencia, estás permitiendo la formación de la placa bacteriana, una película pegajosa e incolora que crece constantemente. Las bacterias presentes en ésta liberan toxinas que causan una inflamación de las encías, lo que se conoce como gingivitis.
Si no se trata, la gingivitis puede llegar al sangrado, y es posible que finalmente evolucione a periodontitis, con daños estructurales e incluso la pérdida de dientes.
Desafortunadamente, la periodontitis, al contrario de la gingivitis, es irreversible, y por ello es tan importante detectar los primeros síntomas a tiempo.
Si tus encías están rojas e inflamadas, esto es un síntoma y tus encías necesitan que les prestes una mayor atención.
La mayoría de la gente no reconoce esto como un síntoma por ser indoloro, pero si no se trata, la inflamación de las encías puede llevar a problemas más graves e irreversibles.
El sangrado de las encías durante el cepillado o con el uso de seda dental, suele ser el primer síntoma de que algo va mal. La mayoría pensamos que simplemente nos hemos cepillado muy fuertemente, pero en realidad es un síntoma de que nuestras encías no están tan sanas como debieran.
Cuando las encías empiezan a descender de su nivel normal, ya estás en la fase de periodontitis. Desgraciadamente, si no hacemos nada para detener la recesión de las encías, el daño puede ser irreversible al afectar el tejido de sostén conduciendo a la perdida dental.
Hay que cuidar las encías, con la eliminación efectiva y regular de la placa, es la mejor forma de mantener las encías sanas.
Cepillarse dos veces al día (mínimo), durante dos minutos con la técnica adecuada es fundamental. Usar un dentífrico que combate eficazmente la placa bacteriana y un enjuague con acción antibacteriana. Es importante visitar al dentista al menos una vez al año para hacerte revisiones rutinarias y limpiezas dentales profesionales.