José Ramón Sánchez. Odontólogo
Colegiado nº 797
Los problemas de salud que puede provocar el hecho de tener un piercing en la boca, no solo se restringen a la cavidad oral, también pueden afectar a la salud general de la persona. Estos son sus efectos:
-Infecciones: La herida provocada por el piercing unida a la gran cantidad de bacterias presentes en la boca y la introducción de nuevas bacterias por el manejo del piercing provoca un aumento de las infecciones en la boca.
-Transmisión de enfermedades: El piercing oral es un factor de riesgo potencial de transmisión de herpes y hepatitis B y C.
-Endocarditis: Debido a la herida dónde se coloca el piercing, hay la posibilidad que las bacterias entren en el corriente sanguíneo y puedan conllevar endocarditis (una inflamación del corazón y sus válvulas) en personas con problemas cardíacos que pueden no estar diagnosticados de antemano.
-Daño de nervios/sangrado: La colocación del piercing puede dañar el nervio y perder la sensibilidad en la zona dónde está colocado o provocar problemas de movimiento, especialmente en los piercing en la lengua. Si por el contrario se perforan algunos vasos sanguíneos, puede provocar un sangrado continuo.
-Enfermedad periodontal: La gente con piercings orales, especialmente con grandes piercings en la lengua, tienen un mayor riesgo de padecer enfermedad periodontal. El piercing puede dañar las encías provocándoles heridas y su recesión, lo que puede comportar dientes sueltos e incluso su pérdida.
-Daño a los dientes: Los golpes provocados por los piercings pueden conllevar la rotura de algún diente. Un estudio concluyó que el 47% de las personas que llevaron un piercing en la lengua durante 4 años o más, sufrieron como mínimo la rotura parcial de un diente.
-Reacción alérgica al metal: Una reacción hipersensible, llamada dermatitis, puede ocurrir en personas susceptibles.
-Tragarse el piercing: Si el piercing se suelta dentro de tu boca puede conllevar peligro de asfixia, y en caso que te lo tragues, puede lesionar tu sistema digestivo o tus pulmones.
Si a pesar de todas estas posibles consecuencias, ya has decidido ir adelante con el piercing oral, deberías tener en cuenta todos estos consejos:
-Si desde que llevas el piercing no has visitado la clínica dental, contacta con tu dentista para que pueda comprobar que todo va correctamente y que no hay ningún síntoma de infección.
-Mantén el piercing siempre limpio utilizando un enjuague bucal después de cada comida.
-Intenta evitar el choque del piercing con los dientes. Ten cuidado con el piercing al hablar y al comer, sobre todo los primeros días, hasta que te hayas acostumbrado.
-Comprueba que el piercing está en perfecto estado cada cierto tiempo.
-Cuando hagas deporte, quítatelo para evitar problemas.
-Visita tu dentista regularmente y recuerda mantener una perfecta higiene oral si no quieres exponerte a las infecciones: cepíllate los dientes dos veces al día y utiliza el hilo dental por la noche. Por supuesto, la mejor manera de evitar todos estos riesgos es no hacerte el piercing o quitártelo si ya lo llevas. Así que piensa un momento si vale la pena comprometer tu salud por un capricho estético.