El capitalismo español sigue transitando por una situación de prolongada crisis como sistema de dominación, a pesar de que aún mantiene una posición hegemónica en el actual desarrollo de la lucha de clases.
La situación de desarme ideológico en que se encuentran amplios sectores de la clase obrera -producto de una generalizada influencia del reformismo sindical y político en su seno-, permite a las actuales clases dominantes, a pesar de su actual debilidad como bloque histórico de poder, el control de la situación política.
Las dificultades para gestionar los resultados de las Elecciones Generales del 26J, y acordar la formación de un nuevo Gobierno, son expresión de esta situación en la que convergen dos factores: por un lado, la crisis aguda de las actuales formas de dominación y, por otro, la incapacidad política del bloque de las fuerzas obreras y populares, incapaces de comprender que se encuentran ante la oportunidad de aprovechar la situación de debilidad del enemigo de clase para golpear con fuerza y hacer avanzar las posiciones de la lucha obrera y socialista.
Movilidad de la representación política dentro del sistema
La convocatoria de Elecciones Autonómicas para el próximo 25 de septiembre, tanto en Galicia como en Euskadi, viene a sumarse al conjunto de estrategias que las clases dominantes van desarrollando con la finalidad de validar su actual dominación. Las dos citas electorales vienen marcadas por la actual movilidad de las fuerzas políticas que tratan de obtener mejores resultados, pero ninguna de esas opciones se sale de las reglas del juego de la dominación capitalista, y por ello en estas convocatorias, a priori, se garantiza que el resultado será gestionado sin cuestionar la continuidad de la explotación de la clase obrera ni la actual forma del Estado monárquico-parlamentario.
La clase obrera, y junto a ella el conjunto de sectores populares, no deben esperar nada de la actual situación; tanto del desenlace en las negociaciones para formar Gobierno en Madrid, como de los dos próximos procesos electorales autonómicos.
No vivimos un tiempo de espera, donde se estén debatiendo opciones a favor o en contra de la clase obrera. Cualquiera de las formas posibles del Gobierno de España, o de los gobiernos de Galicia y Euskadi, serán gobiernos capitalistas que desarrollarán las políticas que necesitan las clases dominantes de este país, bajo la disciplina imperativa de la UE.
Recortes presupuestarios de las políticas sociales, reducción de los salarios con precarización del trabajo, e incremento de las políticas de guerra imperialista, serán las líneas de actuación de cualquiera de esas opciones políticas.
La clase obrera no puede esperar nada de su enemigo de clase
La clase obrera no puede vivir en la ilusión de que algo puede cambiar para ella con estos acontecimientos políticos próximos. La clase obrera está perdiendo un tiempo precioso para reorganizar las fuerzas propias, unir a amplias masas, y lanzar un combativo contraataque frente al actual sistema de dominación.
La explotación, la pobreza creciente, el paro, la corrupción, el futuro negado a la juventud, el reiterado recorte de las pensiones, la alienación ideológica, etc., no tienen más salida que la lucha revolucionaria de la clase obrera, en una estrategia de agudización creciente de la lucha de clases bajo dirección del proletariado.
El Partido Comunista de los Pueblos de España, como partido de vanguardia de la clase obrera, hace un llamamiento a la clase obrera y a los sectores populares, para buscar una salida propia ante esta situación.
Sólo un Partido revolucionario, sustentado con firmeza en el marxismo-leninismo, en la voluntad irrenunciable de derrotar y destruir a las actuales clases dominantes, y en una concepción leninista de la lucha de masas, podrá organizar el contraataque necesario, fortalecer a las filas de la clase obrera, y llevarla a la victoria.
Esta propuesta política de lucha confronta con la actuación de los partidos “engaña-obreros”, que no hacen otra cosa que tratar de llevar las luchas obreras a los pies de los capitalistas, o sencillamente buscan silenciarlas. La confrontación con esas fuerzas traidoras es total, no hay conciliación posible.
La lucha obrera es el camino
El PCPE estará presente en las Elecciones de Galicia y Euskadi porque es la única forma de garantizar la presencia de la voz de la clase obrera en esas citas políticas, dando la batalla para ganar posiciones también en el actual desfavorable terreno electoral.
La actual lucha de la clase obrera contra las fuerzas capitalistas no se resolverá en el terreno electoral. La lucha revolucionaria es una lucha general contra todos los aspectos del actual sistema bárbaro de dominación. Y esa es la propuesta política estratégica del PCPE, en la lucha obrera, en las luchas de las mujeres, en las luchas contra la guerra imperialista, en las luchas de la juventud obrera y estudiantil, en las luchas contra toda forma de opresión y explotación, en la lucha contra la alienación cultural, etc.
El PCPE hace un llamamiento a la clase obrera a hacer de toda situación de explotación, y de toda situación de opresión, un bastión para la lucha contra el actual sistema de dominación. Organizando la unidad de la clase a través de la coordinación y la unidad de todas las luchas.
Hay que luchar para organizar la unidad de la clase en los Comités para la Unidad Obrera (CUO) como estrategia superadora del actual fraccionamiento sindical. Hay que luchar para organizar las alianzas sociales en un amplio frente coordinado de todas las fuerzas obreras y populares en un Frente obrero y popular por el socialismo.
¡¡ No es tiempo de esperar, es tiempo de luchar!!
5 de agosto de 2016
POR EL PODER OBRERO Y POR EL SOCIALISMO
TODO PARA LA CLASE OBRERA
5 de agosto de 2016
Extraído de : http://unidadylucha.es/