La diputada Yolanda Fernández plantea, entre otras cuestiones, la diversificación del tamaño de los envases en la industria alimentaria, con objeto de ayudar a los consumidores a adquirir cantidades adecuadas
La diputada del Grupo Parlamentario Socialista Yolanda Fernández ha presentado una moción en la Asamblea Regional en la que pide que se adopten medidas que ayuden a evitar el despilfarro alimentario. En concreto, Fernández pide al Gobierno regional que incentive las donaciones de alimentos, estableciendo beneficios fiscales específicos para este tipo de donaciones.
Asimismo, pide que se fomente la reutilización y el reciclado de los productos alimentarios sobrantes no aptos para consumo humano, para su transformación en otros productos, alimentación animal, compostaje o producción de biogás.
Otra medida que propone la diputada socialista es que en colaboración con las asociaciones regionales de consumidores, se impulsen campañas informativas que fomenten comportamientos responsables en los consumidores y que contribuyan a la reducción del despilfarro alimentario en los hogares.
Además solicita al Gobierno de España que, salvaguardando siempre los máximos niveles de seguridad alimentaria, se emprendan medidas que favorezcan que todos los agentes implicados en la producción, generación, distribución y comercialización de alimentos puedan donar la comida que no utilizan a bancos de alimentos.
Igualmente, pide modificaciones en materia de etiquetado, a fin de evitar confusiones en el consumidor sobre determinados alimentos, así como promover grupos de trabajo que revisen los criterios por los que se establecen fechas de caducidad o de consumo preferente y su homogeneización, como la revisión de las condiciones de conservación, basadas en criterios científico-técnicos y no comerciales.
Yolanda Fernández plantea también que se impulse la diversificación del tamaño de los envases en la industria alimentaria, con objeto de ayudar a los consumidores a adquirir cantidades adecuadas.
Según la FAO, aproximadamente un tercio de las partes comestibles de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o desperdicia, lo que representa alrededor de 1.300 millones de toneladas al año.
El informe FAO «El estado mundial de la agricultura y la alimentación (2016)», considera que la disminución de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, al incrementar la eficiencia global de las cadenas alimentarias, podría contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como a mejorar el acceso a los alimentos y la adaptación de los sistemas alimentarios al cambio climático, además, -concluye la diputada- la lucha contra la pobreza pasa también por conductas colectivas que impidan el injusto derroche de comida.