Se pueden imaginar lo que supone para unos profesionales de cualquier ámbito tener la oportunidad de compartir unas horas con una persona que resulte su referente. Pues eso es lo que ocurrió el pasado fin de semana. Visitó Jumilla con motivo del pregón de la Fiesta de la Vendimia el veterano locutor y periodista Luis del Olmo. Y además esta casa tuvo el gran honor de que inaugurara un estudio de Siete Días Radio, que desde el pasado sábado lleva su nombre. Sobre la trayectoria, el currículum, los méritos y los reconocimientos que atesora se podrían estar escribiendo muchas líneas e incluso páginas y eso es incuestionable, te guste o no te guste su forma de hacer radio. Con su programa Protagonistas llegó a alcanzar una audiencia de 10 millones de oyentes, que se dice pronto, hasta que llegó, según cuenta él mismo, su “gran amigo” Iñaki Gabilondo.
Pero es que además, Luis del Olmo, que vino acompañado de su inseparable esposa Merche, es una persona humilde, cercana, modesta, afable, sencilla, asequible y un montón de calificativos más que se alejan muy, mucho, de la imagen que una personalidad de esta altura puede proyectar a priori. Todo lo contrario, al menos esa es la impresión que dejó en todo el equipo de Siete Días, también en los compañeros de Telecable Jumilla y en los miembros de la Federación de Peñas que vinieron con él. Tendrá en su haber decenas y decenas de premios a lo largo de sus casi cincuenta años de profesión y, sin embargo, reconoció que el hecho de tener un estudio con su nombre fue uno de los reconocimientos más entrañables y bonitos que había recibido.
En la entrevista que nos concedió dio una muestra más de su gran profesionalidad y su enorme esencia personal. Nos trató como compañeros, nos contó sin tapujos momentos difíciles de su vida, entrevistas complicadas y nos mostró sentimientos sinceros hacia su mujer, sus hijos y sus nietos. Como le transmitimos, ha tenido la oportunidad de contar la historia reciente de España e igualmente formar parte de ella. Tenemos de reconocer que fue una experiencia emocionante. Muchas gracias maestro Del Olmo.