A veces es conveniente rendirse ante las evidencias, pero hacerlo de manera serena, reflexionada y analizando todos los puntos de vista posibles, es decir, sopesar las ventajas e inconvenientes y las discrepancias si las hubiere, e incluso, tratar de salvar los resquicios legales, pero sin ser ilegal, para tratar de conseguir un objetivo, por el interés general de un pueblo.
La exposición Imago Passionis que se inauguró el pasado 21 de septiembre en el llamado Museo del Vino ha dejado entrever una vez más la necesidad que tiene Jumilla y la Junta Central de Hermandades de Semana Santa, de disponer de un espacio en el que mostrar el rico patrimonio cultural, artístico y devocional, no solo de la gran imaginería que tenemos, sino también de todo lo que lleva consigo alrededor, estandartes, insignias, túnicas, abalorios y elementos simbólicos, referentes todos ellos a la Pasión y Muerte de Cristo.
Se necesita un Museo de Semana Santa en Jumilla, y tras Imago Passionis, es más que evidente, que el espacio que acoge esa exposición es el ideal, y así lo clamaban muchas voces, algunas de ellas con autoridad, el mismo día de la inauguración, y semanas después, vemos que continúa la estela.
El Museo del Vino, que en la actualidad no acoge nada, tampoco alberga ninguna colección relacionada con el tema, y por lo tanto, no lo visitan turistas. Y no es que no sea necesario en Jumilla un Museo del Vino, incluso de índole regional, sino que no existe un proyecto sólido que de momento lo haga posible, y mientras tanto, las bodegas montan sus propias muestras y museos. Porque un Museo del Vino propio sería fantástico para la Ruta del Vino, pero un Museo de Semana Santa, también.
Es tiempo de hacer algo grande en Jumilla, de darle la vuelta a lo que haya que darle, de consensuar posturas, y que si hay que decir digo, donde una vez se dijo Diego, en beneficio del interés general de un pueblo, no pasa nada. Ningún autobús de visitantes y turistas se iría de Jumilla sin ver el Museo de Semana Santa, ninguno, y eso sería bueno, muy bueno. ¿O no?.