Acto del pregón y nombramiento de Tamborilero de Honor 2014
El acto fue en el Teatro Vico y resultó muy emotivo en distintos momentos de su desarrollo
El pasado domingo enpezaron a redoblar los tambores en Jumilla. Fue con motivo del pregón de la Asociación de Tambores Cristo de la Sangre, así como el nombramiento del Tamborilero de Honor 2014. El acto se desarrolló en el Teatro Vico con numerosos tamborileros jumillanos y también de la ciudad de Calanda. Igualmente asistieron distintas autoridades y el presidente del Consorcio del Tambor y el Bombo, Antonio Mesa.
Antes, los protagonistas fueron recibidos en el Ayuntamiento y desde ahí se desplazaron los tamborileros llenando las calles con los toques del tambor.
El pregón fue ofrecido por el alcalde de Calanda José Ramón Ibáñez que basó su discurso en la unión que hay entre la Semana Santa y el tambor, así como la gran tradición existente en su ciudad en torno al tambor, ciudad que va a ser la sede de la Exaltación del Tambor y el Bombo 2014 que según dijo su alcalde “posiblemente marquen un antes y un después de estas jornadas”.
José Ramón Ibáñez agradeció este honor a la asociación de Jumilla a la que conoció en Alzira el pasado año y con la que admitió haber entablado una buena relación. Además alabó el gran trabajo que han realizado a lo largo de estos años.
El acto tuvo muchos momentos emotivos, uno de los más destacados fue cuando apareció en el teatro la hija de Francisco Abellán tocando el tambor y se fundió en un abrazo con su padre. Abellán fue distinguido como Tamborilero de Honor 2014 y en su intervención agradeció esta distinción que dijo recibir “con mucha ilusión al pertenecer a la gran familia que forma este importante colectivo, hecho a sí mismo, con gran vitalidad, solidario, honesto, trabajador, agradecido, plural y diverso y que ya forma parte de la historia reciente de Jumilla”.
El Tamborilero de Honor, entre otras muchas cosas, reconoció “haber vibrado con vuestra pasión para diseñar nuestra túnica, el estandarte, nuestros toques de tambor, y especialmente de cómo iba creciendo el sentimiento en otras muchas personas por incorporarse a esta sencilla afición de tocar el tambor”.