Llegan las elecciones y como no podía ser de otra manera, llega el tiempo de las primeras piedras. La I parte de este capítulo, la del nuevo colegio Príncipe Felipe, viene de la mano de varios entes o estamentos, en este caso y haciendo un poco de cronología, los trámites para conseguirlo los comenzó hace ya doce años el Gobierno local de Francisco Abellán, apoyado con la misma fuerza por su equipo de Gobierno, así como el de todos los ediles de la oposición. Todos remaron en la misma dirección para trabajar en esta solicitud que era imprescindible para la buena marcha y el cumplimiento de la ratio, alumno por metro cuadrado de los centros educativos jumillanos.

También, como no podía ser de otra manera, el Gobierno regional intercedió en esta necesidad y gestionó la petición del Ayuntamiento para trasladarla hasta Europa, de donde se consiguieron el 80% de los fondos para la construcción del nuevo centro, que como decíamos, tras doce años, al fin va a ser una realidad, algo que contenta seguro a todos los jumillanos, que a su vez se preguntan, ¿y por qué han tardado tanto? No entraremos a valorar la tardanza, pero ya se sabe, que cuando más de uno, o de dos, meten mano en el mismo asunto y más si tiene que ver con política, la cosa se suele enquistar…

Pero al caso, y volviendo al mensaje positivo; las elecciones seguro que no han tenido nada que ver, sino que todo es una coincidencia en el tiempo, pero lo cierto es que han supuesto de nuevo un espaldarazo para que este proyecto salga adelante, y desde aquí y aprovechando la inercia electoral, lanzamos al vuelo y para quien quiera cazarlos otros proyectos tan necesarios para Jumilla, como el ensanche y enlace a la A-33 de la carretera de El Carche, el CIAR (Centro Integrado de Alta Resolución), el Centro de Seguridad, el Centro de Interpretación del Vino, el Museo Marín Padilla o por qué no reiterar aquí, la puesta en marcha del Aula Cultural de la CAM que ya parece que también dará frutos. Y de paso, nos gustaría también, por supuesto, que este tipo de proyectos no necesitaran de un contexto electoralista para plantar sus primeras piedras.