Han sido casi seis semanas en Fase 1 Flexibilizada, desde que las autoridades regionales decidieran retroceder a Jumilla de fase con todo lo que ello conlleva, para intentar contener los casos positivos de coronavirus que aumentaron bastante con una preocupante tasa sobre 100.000 habitantes que llegó a superar el millar. Desde el principio, aunque estos acuerdos se toman para una semana, todos sabíamos que iba a ir para largo, pero llegados a la cuarta semana, con una notable mejoría de los datos, cayó como un jarro de agua fría la prórroga de una quinta semana, aunque se permitió el interior de la hostelería con un 40% del aforo y se anunció la vuelta al cole.


Con estos antecedentes, la semana pasada parecía que, aunque con algunas restricciones o recomendaciones, se iba a quitar por fin la Fase 1 en la localidad, pero no, un nuevo jarro de agua fría cayó sobre los jumillanos con el anuncio de una semana más sin permitir la libre circulación y tener confinado el municipio.
Menos mal que el consejero de Salud de Madrid no es el de Murcia, porque sino en la capital de España confinaban hasta el Pirulí.
Por todo, sin querer entrar si estas decisiones tienen algún componente político, o represalia malintencionada, por fin el pasado lunes se anunciaba el final del confinamiento, aunque manteniendo otras restricciones.
Por fin pueden recibir visitas las bodegas y hacer actividades de enoturismo, o los restaurantes, y en definitiva, ahora lo que toca como mejor medicina es ser libres, pero también responsables, más que nunca.