Elena Pacheco ha sido reconocida «Mujer Rural Emprendedora 2020»
Hace unos años, Elena Pacheco recogió el testigo familiar y se hizo al frente, junto a sus hermanas, de Bodegas Viña Elena. Desde entonces, ha sido mucho el esfuerzo para continuar y mejorar el proyecto que iniciaron sus abuelos y continuaron sus padres. Pero todo ese trabajo está siendo recompensado con reconocimientos del mundo empresarial, del mundo rural y del mundo social. La pasada semana, Elena Pacheco fue una de las ocho mujeres distinguidas por la Consejería de Agricultura de la Región de Murcia, como ‘Mujer Rural Emprendedora 2020’. Por este motivo, Siete Días Jumilla ha mantenido una emotiva y esperanzadora conversación con la protagonista
-En primer lugar, enhorabuena por este nuevo reconocimiento que valora el trabajo que vienen realizando desde hace años en una empresa con una gran tradición familiar y que no ha estado exenta de dificultades
Está claro que estamos pasando por un momento que no es fácil para nadie. Ha cambiado todo tan rápido, pero sí estamos intentando que la situación no nos censure las ilusiones que tenemos dentro de Bodegas Viña Elena y la familia Pacheco. Tenemos un bonito proyecto, en el que contamos con el apoyo del Leader, de rehabilitar la casa vieja de mis abuelos y mis padres, donde hemos nacido, crecido y jugado y donde hemos aprendido a querer la agricultura, la bodega y el negocio.
¿Qué significa este reconocimiento para ti y para Viña Elena?
Al final esto es compartido y todos los reconocimientos son bonitos. Siempre es una motivación, es un aliento, no vamos a perder la ilusión, tenemos que seguir trabajando. Al final esto no es otra cosa que trabajo y trabajo y esa capacidad de superación, de sacrificio y esfuerzo que nos han enseñado, creo que es la actitud que te hace seguir adelante. Estos reconocimientos son píldoras de ánimo que se agradecen y que comparto, por supuesto, con mis hermanas. Somos cuatro, mi padre vio que tenía que ceder el testigo a mujeres y lo hizo, confió en nosotras, nos enseñó y nos transmitió muchos valores. Estamos agradecidas y hay que seguir ahí.
Este acto se desarrolló en la sede de la consejería de Agricultura, ¿Cómo fue?
El reconocimiento nos lo dieron a ocho mujeres de las diferentes comarcas y oficinas de acción local de la Región de Murcia. Se habló de la situación de la mujer en el medio rural, de las necesidades de cambio y de dar visibilidad. El consejero nos entregó un diploma como recuerdo y fue un acto agradable, sobre todo, porque te das cuenta de cuantas cosas quedan por hacer. La situación de la mujer en el campo nunca ha sido reconocida y por eso quiero dedicar este reconocimiento a nuestras madres, a nuestras abuelas y a las mujeres que hoy en día están ayudando a la par que los hombres. Se les considera ayudantes de sus maridos y además mantienen el núcleo familiar. Y lo hacen todo de forma generosa y desinteresada, siempre dispuestas, con buen humor y con buena cara, disfrutando y con una gran vocación. Y todo eso hay que reconocerlo una y mil veces y todos los santos días del año.
Las mujeres representan el 48,8 por ciento en el medio rural y cuentan, en mayor porcentaje, con más preparación, con un 11,9 de tituladas con estudios superiores frente a un 8,4 por ciento de hombres
Estamos en una época de matriarcado, las mujeres tenemos la posibilidad de llegar a la titularidad de explotaciones, de tener una preparación y formación y de no ser simplemente peones agrícolas, sino de dirigir empresas y explotaciones agrarias. Todavía quedan muchas cosas por hacer, pero por suerte ese espacio ocupado por mujeres va creciendo.
Pero es verdad que las mujeres todavía no están representadas en muchas instituciones, organizaciones, consejos rectores, cooperativas…
Hay muy pocas mujeres al frente y representando. Son titulares de explotaciones, pero no llegan a estos puestos de representación, por lo que es necesario dar más visibilidad a la mujer y hacerlo con convencimiento, porque hoy en día la capacidad de las personas es igual. Hay mujeres igual de preparadas que los hombres, con capacidad de gestión y de administrar.
¿Por qué motivo o proyecto cree que ha sido distinguida?
Imagino que ha sido a raíz del trabajo en poner en valor nuestra tradición, nuestra historia familiar vinícola y mostrar nuestro territorio. Sabéis que el Enoturismo es muy importante para todas las bodegas y para Jumilla, aunque ahora esté lastrado por el coronavirus, es una línea de negocio importante y lo que hemos querido en Viña Elena es potenciar eso, mostrar a la gente que tenemos tradición e historia, que en Jumilla existe desde siempre, mucha gente en sus casas ha tenido bodega, han hecho vino, y pretendemos mostrar cómo se vive y como se vivía en aquella época. Y además estamos orgullosos de mostrarlo y agradecidos, porque si somos algo es por ellos.
Cambiando de tema, ¿Cómo ha ido la vendimia en su bodega?
La semana pasada entró la última uva y esta semana empezamos ya con la oliva. Personalmente considero que ha sido una de las mejores vendimias en calidad y cantidad de uva. Estaremos en un 30% más de producción y con una uva sana. El hecho de que lloviera en primavera y no lloviera en verano ni en vendimia, ha propiciado que haya llegado una uva en condiciones óptimas a las bodegas. Yo digo que si los vinos no salen buenos, los culpables seremos nosotros, los bodegueros.
¿Y la campaña de la aceituna? Porque vosotros también elaboráis aceite
Se presenta bien, es una cosecha adelantada, como la de la uva, estamos en unos diez días de adelanto. Aunque en los cultivos de secano está faltando un poco de lluvia y se está arrugando un poco la aceituna, en general creo que va a ser una buena campaña y ya falta que los precios acompañen y que se pueda defender el producto.
Ésta es una de las zonas más tempranas, para nuestro aceite es interesante recolectarla justo en el envero, cuando empieza a ponerse de ese color amarillo para mantener todas la calidad aromática y de intensidad en boca y que aguante todo el año sin perder sus características varietales. Nosotros empezamos con arbequina, y seguimos con otras como la koroneiki y ocal. Nuestra zona es la ‘trilogía del Altiplano murciano’: almendro, olivo y viñedo y tenemos que aprender, igual que en el vino se ha avanzado mucho, en el aceite está todo por hacer. Es un mundo también muy interesante.
Por último, ¿Qué mensaje trasladaría a mujeres emprendedoras en estos momentos tan complicados?
Sabemos todos que el sector principal en la región es la agricultura y el sector primario. Por suerte tenemos cada vez más formación y preparación, por lo que creo que sería interesante pensar y reflexionar sobre qué producto se puede cultivar en nuestra zona, con nuestras características, que tenga un valor añadido, que se pueda vivir y que sea una opción de negocio. Sinceramente creo que hay posibilidades, pensando en el mundo ecológico y natural hay muchas opciones. Sí es cierto que el relevo generacional es difícil en el campo. Hoy en día te dejan en herencia una parcela y casi que te están dejando una desgracia, porque no valoramos nuestros productos en el mercado, estamos en una zona desfavorecida que cuesta mucho cultivar, por lo que hay que pensar en cultivar cosas con valor añadido y salir al mercado con ellas. Lo complicado es comercializar y esa es la asignatura pendiente que tenemos, poder llegar hasta el final del proceso. Pero ahí hay posibilidades y gente preparada para hacerlo.