Editorial
Este próximo sábado será el día grande de Carnaval de Jumilla. Y es que apenas se ha quedado reducido a una tarde-noche, lo que ha de alertarnos de la necesidad de hacer un planteamiento para unas celebraciones que de seguir así, al final no es que se quedarán en un solo acto, sino que corren el riesgo de su desaparición.
Nosotros en este medio de comunicación siempre nos gusta abogar por fomentar lo que nos identifica y promocionar nuestras fiestas, sin llevar a cabo cambios que puedan desvirtuar aquello que ha sido valorado y considerado. Cuando se emprende una modificación en algo, es vital que esté muy bien motivada, ya que de lo contrario, en lugar de hacer una gracia, al final consigamos una desgracia.
Pero en este caso, el Carnaval merece una mención aparte, ya que una cosa es afianzar lo bueno, y otra es tener que resucitar lo que está medio muerto. Y eso hay que hacerlo llevando a cabo un plan que acabe con lograr un Carnaval para Jumilla acorde a la ciudad que somos y adaptado a la actualidad.
Porque no se trata de hacer aquí Tenerife, Águilas o Cabezo de Torres, pero si echamos un vistazo a poblaciones similares a la nuestra, donde estas fiestas no son lo más importante, sí que vemos que son buenas, atractivas, divertidas, decentes y participativas.
Este año se puede considerar de tránsito, pero corresponde que de cara ya al año que viene, se empiecen a poner los cimientos del nuevo Carnaval de Jumilla.