Iniciativa de tres jóvenes emprendedores: Ana Cristina Martínez, Alejandro López y José Vicente Gómez
Mari Carmen C.Vera
Es la carta de presentación del proyecto ‘Tinto Corazón’: “Cuestión de actitud, la nuestra es, más que una marca, una forma de entender el vino, de compartirlo y de vivirlo. El objetivo es acercar a todo el mundo a la cultura del vino, al que entiende y al que no, a quien sencillamente le guste beberlo y disfrutar de una experiencia embotellada”.
Y todo ello respetando la tradición, adaptando la esencia a los nuevos tiempos. Es lo que promueven y persiguen tres jóvenes emprendedores, alguno ya relacionado con el sector, pero todos movidos por la pasión, la curiosidad, las ganas, el corazón, el cariño y el esfuerzo. Son Alejandro López, Ana Cristina Martínez y José Vicente Gómez. Según aclara este último: “Somos tres amigos con una ilusión y un sueño por cumplir”.
Todo comenzó en 2019, “con el nombre de una marca, sin un plan de negocio y con menos de 1.000 euros, pero con ganas y unos viejos viñedos de nuestros abuelos, ellos no hacían vino y ahora nosotros lo estamos haciendo por ellos”. Así, con la ayuda de un amigo, que les permitió utilizar su bodega, comenzaron. Solo unos meses después del lanzamiento de la marca, ya exportan a varios países junto con otra divertida marca, ‘Unknown Estate’, que elaboran bajo la DO Yecla. “En el Altiplano tenemos una calidad excepcional. ¿Por qué los vinos de Jumilla no pueden estar a la altura de cualquier Rioja o Ribera? Nos sentimos orgullosos de nuestra tierra y vamos a luchar por llevarla a cada rincón del mundo, pero lo primero que tenemos que hacer es creer en lo que tenemos aquí, somos unos privilegiados”.
Tres vinos, tres momentos
En su porfolio encontramos tres vinos que reflejan la vida en sí y nos hablan de situaciones cotidianas: ‘Olvidar’ una decepción, ‘Disfrutar’ el momento y llenarte de energía, e ‘Imaginar’ todo lo que hay por vivir ¿Hasta dónde eres capaz de llegar? Hablamos de un blanco Sauvignon Blanc y dos tintos Monastrell envejecidos 18 y 6 meses respectivamente. Y como envolvente de esta trilogía, nos presentan ‘El Latido’, según citan “fue una maravillosa sorpresa que descubrimos al abrir unas barricas que teníamos apartadas, de unas uvas muy especiales”, Monastrell 100% envejecido 8 meses, que pretende resaltar los pequeños detalles que nos regala la vida, tal como reza su etiqueta: “Brindemos por las cosas pequeñas, por los latidos del corazón y del alma”.