En clave de sol By Gustavo López

Parecía que lo habíamos visto todo en política, pero parece ser que no. Y es que, si este mundillo es capaz de sorprender a cualquiera y en cualquier momento, cuando se acercan las elecciones mucho más.
El último capítulo se está escribiendo durante estos días con la presentación por parte de Vox en el Congreso de los Diputados, de la que sería su segunda moción de censura en esta legislatura. Y es que se trata de una herramienta de la que disponen los partidos políticos para cambiar de presidente o de alcalde sin tener que pasar por las elecciones. Además, da la potestad a quien la presente de poder proponer como ciudadano a cualquier ciudadano. De hecho, cuando Pedro Sánchez ganó la moción de censura que presentó el PSOE en su momento contra Mariano Rajoy, el actual presidente del Gobierno no era ni siquiera diputado, pero al ser propuesto como candidato, al prosperar la moción de censura, automáticamente se convirtió en presidente del Gobierno de España.


Pues eso mismo parece ser que es lo que pretende ahora Vox, que el lunes registró esta segunda moción de censura y en lugar de proponer a su líder Santiago Abascal, ha dejado ojipláticos a todos al vincular esta moción con el nombre de Ramón Tamames, un político de una larga trayectoria, siempre en partidos de izquierda, incluso en el comunista, que fue donde empezó y bajo sus siglas fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid de Tierno Galván.
Ni siquiera en los mejores sueños o pesadillas, según se mire, esta moción de censura tiene una mínima posibilidad de prosperar. Eso lo saben todos, desde Vox que la presenta, hasta los partidos del Gobierno, los que los apoyan, el PP que ya ha anunciado su abstención, e incluso el propio Ramón Tamames, que se ha prestado a un juego que considero que va a ser más perjudicial que otra cosa.
Hace poco más de seis meses que el propio Tamames propuso la creación de la ‘Nación Catalana’, rebajar al 4% las aportaciones de Catalunya al Estado e, incluso, la creación de una Agencia Tributaria Federal.
Si esto no es una broma, me niego a perder ni un solo minuto más, porque la cosa está para arrimar el hombro y no para jueguecitos grotescos.