La Guarda del Cuerpo de Cristo celebraba así el primer acto local de Cuaresma

Lola Tomás

El Yacente de Santa Ana se encuentra ya en su capilla del huerto del monasterio, donde permanecerá durante toda la Cuaresma hasta el día de Jueves Santo, que se trasladará a Jumilla para participar en la procesión del Sábado de Gloria.


Como cada primer viernes de Cuaresma la Cofradía de la Guarda del Cuerpo de Cristo llevó a cabo el solemne traslado del Santísimo Cristo Yacente del Monasterio de Santa Ana del Monte, acompañado por la Santísima Virgen María de las Penas.


Miguel Ángel López, presidente de la cofradía, fue el encargado de dar la bienvenida al numeroso público que este año ha asistido al traslado. Seguidamente el padre fray Antonio Trucharte condujo el acto, con la colaboración de la presidenta del paso de la Virgen de las Penas, Isabel Palao y las hermanas cofrades María Olivares y Elena López.


La comitiva del traslado la abría la cruz guía que portaba Alfonso Bleda, junto a los faroles que llevaban Dami Herrero y Fili Simón, presidenta de la Junta Local de la AECC y presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Asunción. Tras ellas, un numeroso grupo de niños que portaban las antorchas que iluminaban la oscuridad del trayecto hacia la capilla del huerto, al tiempo que se procedía al rezo de tres estaciones.


El Yacente fue portado por el presidente de la Junta Central, Antonio Ramos, Juan Francisco Martínez, anterior presidente y otros hermanos de la cofradía. La presidenta de la Cofradía Santa María Magdalena portaba una copa de cristal con resina de mirra en recuerdo de aquella mujer de Magdala encargada de perfumar el cuerpo de Jesús en su sepultura.


Al llegar a la puerta de la capilla se escuchó el sonido de un violín que tocaba Bernardo Simón, y en un acto de total silencio y recogimiento el Yacente fue depositado en su sepulcro.