En clave de sol by Gustavo López

Antes de empezar con el artículo de esta semana, tengo que desmentirme a mí mismo. Y es que en el En clave de sol de la pasada edición, bajo el título “El pacto de dos viejos amigos”, era una inocente inocentada, valga la redundacia, al coincidir el día de publicación del periódico con el 28 de diciembre. Y vengo a aclararlo porque bien podría haber sido cierta la noticia, y aunque contenía cierta parte de ‘fantasía’, el meollo de la cuestión era algo que en otros sitios se ha producido, pero que aquí, sinceramente, está demasido alejado de la realidad, motivado por muchas cosas.
En fin, dicho lo dicho, y aclarado todo, tengo que empezar esta semana deseando un borrón y cuenta nueva de cara a este 2024 que acabamos de estrenar en inicio de semana, de mes y de año. No hemos dejado nada a medio y nos debemos de enfrentar ahora a 12 meses en los que depende de todos que cuando lleguemos al final, estemos orgullosos de lo que hemos hecho y, ante todo, de lo conseguido, ya que no se trata de hacer mucho, sino de hacerlo bien, juntos y en beneficio del conjunto. Yo así me lo he propuesto más que nunca.


Cuando estamos a punto de despedir el año viejo, en estos tiempos de las nuevas tecnologías, donde el whatsapp se ha impuesto a todo, son miles y miles los mensajes que se mueven por el mundo plagados de buenos deseos, de vídeos entrañables, de imágenes de cuento de hadas, y hasta de audios e incluso mensajes personalizados que algunos se curran huyendo precisamente de todo lo que se convierte en viral.
Pues bien, todo esto está perfecto, pero no debemos de quedarnos en el boato y tenemos que entrar de lleno en ponernos manos a la obra y aportar nuestro grano de arena y que todo esto que colapsa nuestro móvil en estos días, pase de ser un deseo o al menos, intentar que se hagan realidad. Porque ya sabemos que obras son amores y no buenas razones, pues he aquí el mayor ejemplo de esto que les digo y que casi siempre les pido.
Comenzamos 2024, y yo pediría que al menos en cada inicio de mes, echemos un vistazo a todos esos mensajes para que no sean flor de un día, sino que estén siempre presentes en nuestro día a día, y pensemos, que todos esos deseos, si nos lo proponemos, podemos hacerlos realidad.