Han recibido alrededor de 200 unidades que están repartiendo entre los usuarios y sus familias que las necesitan

M.C.C.V.

Desde la pasada semana el uso de las mascarillas es obligatorio para personas mayores de 6 años y desde mucho tiempo antes, los pequeños pueden salir a la calle a pasear. Ante esta situación, muchas familias se encontraban con que no disponían de este material para sus hijos.
De esta forma, desde Aguas de Jumilla se contactó con el Centro de Atención Temprana de Aspajunide, según ha confirmado su directora Isabel Piqueras, ofreciéndoles estas mascarillas infantiles. Finalmente, a través de la empresa Distinción, Aguas de Jumilla les ha donado alrededor de 200 unidades, de dos tamaños, para niños de 3-4 años y para 6-8 años y que están siendo distribuidas entre las familias de los usuarios.


Isabel Piqueras ha valorado este gesto como “un detalle muy generoso y que supone un alivio y una seguridad para las familias que tienen hijos pequeños”.

CONTACTO PERMANENTE

Aprovechando esta noticia, Siete Días se ha interesado por cómo ha estado funcionando este centro en los meses de confinamiento y las perspectivas que tienen de apertura. Así su directora reconoce que “ha sido duro, sobre todo, para las familias”. Han estado realizando trabajo telemático, algo complicado, según apunta Isabel Piqueras “puesto que en nuestras terapias el contacto físico es básico y necesario”. A pesar de las dificultades sí afirma que el trabajo y la respuesta de las familias “ha sido extraordinaria”. Añade: “Los técnicos hemos estado en contacto telefónico, con videollamadas, a través de plataformas, los padres nos envían vídeos y nosotros le mandamos otros sobre cómo tienen que trabajar y pautas a seguir”.
La directora del Centro de Atención Temprana además ha puesto de relieve que el trabajo telemático ha sido una herramienta más de intervención, “donde los padres están aprendiendo de sus hijos y viceversa, les está dando la posibilidad de continuar la terapia más allá de lo que realizamos en el centro, en casa tienen miles de opciones para trabajar la autonomía de sus hijos, aprovechando las rutinas a través de juegos para atender las necesidades de los chicos, usando los entornos de su casa, e incluso implicando a los hermanos”.

TRABAJO TELEMÁTICO

A nivel técnico, Piqueras considera que “desde el primer momento teníamos claro que no podíamos abandonar a las familias, necesitaban apoyo emocional ante esta situación inesperada y que debíamos implicarlas mucho más”. Reconoce que “al principio fue una lucha, pero que resultó muy positiva, las familias tenían miedo ante posibles retrocesos, pero han podido comprobar que son capaces de trabajar muy bien en el seno de su hogar”. “Nosotros, añade, también hemos aprendido muchísimo, hemos entrado en sus casas a través de la ventana del ordenador y descubrir cómo se manejan y cómo pueden mejorar”. De hecho, según indica Isabel Piqueras “no descartamos, a partir de ahora, realizar intervención presencial y telemática a la vez”.
En este momento, continúan con el trabajo “a distancia” y preparan las instalaciones con todas las medidas de seguridad, así como los protocolos y el plan de contingencia necesarios, a falta de que Sanidad conceda comenzar con la intervención presencial. No tienen fecha concreta y en cualquier caso, la vuelta sería de forma progresiva, atendiendo primero los casos más graves, más vulnerables y con más dificultades.