El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) manifiesta su más profunda solidaridad con el pueblo palestino, que una vez más vuelve a ser víctima de una brutal agresión por parte del belicoso y reaccionario estado de Israel.
Con el respaldo de los gobiernos de los países de la OTAN y la complicidad de los gobiernos capitalistas de todo el mundo, entre los que se encuentra el gobierno de España, y con el habitual apoyo del imperialismo norteamericano, el Estado de Israel protagoniza un nuevo episodio de violencia armada, que ha provocado más de 1.253 víctimas mortales y más de 6231 heridos como producto de las incursiones áreas en la Franja de Gaza. Además, la posibilidad abierta por parte del criminal de guerra y primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de operación terrestre, representa una amenaza de consecuencias incalculables que se cierne en estos momentos sobre el pueblo palestino.
El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) realiza un llamamiento a todas las organizaciones clasistas, populares e internacionalistas a levantar la más amplia solidaridad con el pueblo palestino, a manifestar su rechazo ante esta nueva embestida del reaccionario régimen israelí, y a defender activamente el ejercicio legítimo por parte del pueblo palestino de sus derechos nacionales. Solo la creación de un estado palestino laico e independiente, con capital en Jerusalén, podrá sentar las bases necesarias para la resolución del conflicto, incluyendo el retorno de los refugiados y refugiadas palestinos y para la convivencia pacífica en la región.
Anti – sionismo no es antisemitismo ni anti – judaísmo.
A la mínima crítica que se le hace a Israel, aparece el argumento del antisemitismo y el anti — judaísmo. De esta forma, tratan de equiparar anti – sionismo con nazismo con el fin de atacar al movimiento de solidaridad con Palestina y justificar sus atrocidades.
Tal argumento es bastante ridículo, para empezar, teniendo en cuenta que el pueblo palestino es un pueblo semita en cualquiera de sus acepciones, mientras que no todos los sionistas lo son.
Sin hacer un análisis pormenorizado del término, la palabra »semita» procede de la mitología bíblica, concretamente de Sem, hijo de Noé, que simboliza al padre de los pueblos de Oriente Próximo y Medio (Hebreos, Etíopes, Árabes, Arameos…).
A nivel lingüístico, el término engloba a todos los pueblos con lengua semítica, siendo Palestina uno de ellos.
Por otro lado, las coordenadas en las que las agresiones Israelíes nos son mostradas en los medios de comunicación, tratándolas como un conflicto étnico o religioso entre musulmanes y judíos, son totalmente falsas. Palestina ha sido históricamente una nación con una gran diversidad cultural y religiosa, siendo un símbolo de laicismo y respeto religioso en la zona. Es Israel quien ataca e invade, es Israel el estado teocrático que no respeta al resto de religiones y culturas, ni siquiera dentro de sus propias fronteras.
Y es que el sionismo actual, como otros fascismos occidentales, se ha servido de la cuestión religiosa para disfrazar sus objetivos tras un aura de misticismo que justifique, e incluso trascienda lo ideológico. Sin embargo, confundir sionismo con judaísmo, sería tan grave como decir que los rubios de ojos azules son nazis tan solo porque dicho partido promulgaba la supremacía aria.
El judaísmo es una religión seguida por una comunidad de personas grande y diversa tanto a nivel cultural como a nivel político. El sionismo, sin embargo, es una ideología política concreta al servicio del imperialismo y sus monopolios financieros.
Existe en la actualidad un movimiento importante dentro de la comunidad judía que condena los crímenes de Israel, exige una Palestina libre y trabaja por romper con la equiparación Sionismo=Judaísmo.
Los sionistas, siempre se han aprovechado de la lógica empatía de los pueblos del mundo con las víctimas del holocausto nazi para llevar a cabo sus propósitos, tratando de minimizar la respuesta internacional ante sus crímenes tras lágrimas de cocodrilo y manipulaciones.
Sin embargo, el sionismo comparte muchos rasgos con los fascismos clásicos: Autoproclamándose el pueblo elegido, propugnan un estado imperialista, expansionista, teocrático, ultranacionalista, racista, militarizado, opresivo… una ideología que sirve de herramienta para asegurar a los grandes monopolios financieros del país, y a sus socios en EEUU y la UE, grandes beneficios económicos a costa del sufrimiento del pueblo.
¡ANTISIONISMO NO ES ANTISEMITISMO NI ANTIJUDAÍSMO!
ISRAEL, ¡COMO LOS NAZIS SOIS VOSOTROS, Y NO QUIENES CONDENAMOS VUESTRA MASACRE!
Extraído web de PCPE