Más allá de las indicaciones de lo que hay que hacer de cara a las semanas navideñas, tiene que quedar más latente que nunca nuestra actitud personal para evitar que la alegría de los últimos días con los que despedimos el año acabe en llanto.
Son 10 meses los que ya llevamos padeciendo la pandemia que ha asolado el mundo poniendo patas arriba todas nuestras circunstancias particulares, familiares, laborales y sociales. Vale, pues, la pena, el esfuerzo conjunto de todos y cada uno de nosotros por no dejarnos arrastrar más de la cuenta durante esta Navidad.


Este periódico se publica el 17 de diciembre, por lo que la próxima edición será la del 24, Nochebuena, que en esta ocasión será diferente, pero de nosotros depende que solo quede ahí y no traspase la línea de la tristeza y la desesperanza. Porque a estas alturas está más que demostrado que o vamos unidos o todo será muy complicado y salir de esta situación se alargará más de la cuenta.
En este sentido, no nos vamos a cansar de repetir que es momento de mirar hacia adentro, de apoyar a nuestra hostelería y de comprar en nuestros comercios, dejando al margen las compras online, que son más cómodas como una de sus principales bazas, pero no más cercanas ni mucho menos beneficiosas para nuestro entorno.
Llega ahora el momento de demostrar que hemos aprendido la lección. Prudencia y responsabilidad en grandes dosis se espera de nosotros a lo largo de esta Navidad histórica que Jumilla y el mundo empiezan a vivir con el alivio que nos traen las primeras noticias sobre la ansiada vacuna que ya empieza a administrarse. Solo depende de nosotros que la temida tercera ola nunca llegue o sea lo más moderada posible.