Editorial

Siempre es bueno que después de organizar y celebrar algo, se haga balance para analizar lo bueno, lo malo y lo regular. Aunque por desgracia estemos demasiado acostumbrados a que este tipo de análisis posteriores pequen un poco de autocomplacencia, lo cierto es que se aprende y se mejora cuando se destacan aquellos aspectos que se podrían haber hecho mejor.
En esta edición se ofrecen los balances de los colectivos que participan en las fiestas junto al Ayuntamiento, y aunque como destacamos, se podrían decir y entresacar muchas cosas, en términos generales, todo se ha desarrollado dentro de los órdenes establecidos, salvo como en todas las cosas, dejando a un margen honrosas excepciones que a Dios gracias, son una pequeñísima minoría.


A pesar de que sobre gustos no hay nada escrito y además hay tantos como colores, y siendo consciente de que hay gente a favor y gente en contra de que se hayan organizado actos durante estos pasados días, lo cierto es que el desarrollo de los conciertos tanto en el Jardín de la Glorieta como en el Arzobispo Lozano, han hecho sentirse seguros a los asistentes, que era una de las premisas. Igualmente, el Festival de Folklore, la Ofrenda de Uvas y los actos litúrgicos celebrados en la Iglesia de Santiago, han respetado las normas establecidas.
No obstante, si alguien no siente esa seguridad, no está de acuerdo o no le apetece apoyar con su presencia este tipo de actos, siempre existe la libertad de no asistir, pero nunca se puede criticar algo que se hace bien.
Enhorabuena a todos y a seguir con respeto, responsabilidad y compromiso hasta la llegada del ansiado final de la pandemia.